Un verano en Chicago: mi historia de intercambio académico internacional

Este verano fue muy especial para mí, viajé a Chicago, Illinois, gracias a la ayuda de una beca financiada por 100,000 Strong in the Americans y Fundación Jenkins, a través de una alianza entre el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y la Universidad de Illinois en Chicago, con el propósito de realizar mis prácticas profesionales de maestría en salud pública en esta ciudad.

Durante la aplicación para obtener esta beca expresé mi interés por trabajar con grupos en situación de vulnerabilidad social, ya que para mi proyecto terminal busco implementar una iniciativa que prevenga la discriminación hacia grupos indígenas y promueva el trato digno en la atención en salud. Decidí que esta sería una oportunidad para aprender sobre el trabajo que realizan en un país desarrollado y con recursos como lo es Estados Unidos, en una de las más grandes y diversas ciudades de ese país. 

A pesar de tener claro mi objetivo, no me cerré a la idea de trabajar con población indígena, ya que también me interesan los temas de equidad de género, discriminación e inequidad en salud a grupos LGBT+ y personas migrantes. Así es que fui vinculada con el Puerto Rican Cultural Center (PRCC), una organización sin fines de lucro que brinda servicios sociales y de prevención de VIH e Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) a la comunidad de Humboldt Park y suburbios de Chicago, particularmente Latinos y Afroamericanos, con énfasis en grupos LGBT+ y hombres que tienen sexo con hombres (HSH).

Participé en la elaboración y traducción de material de comunicación en salud dirigido a patrocinadores y en la actualización de material de educación para la salud para prevención de ITS y VIH. También asistí a eventos extra muros donde el PRCC promovió la vacunación contra la Viruela del Mono a población LGBT+ y HSH.

Del PRCC aprendí mucho sobre liderazgo, comunicación efectiva, resistencia y resiliencia social. Las personas que colaboran en este centro me mostraron tener un fuerte compromiso con la comunidad a la que pertenecen y a la que brindan servicios. Fue una experiencia muy gratificante ver a personas que han sido históricamente discriminadas –como mujeres y hombres transgénero– ahora muy activas en esta organización tomando puestos de liderazgo para atender y resolver las necesidades de las comunidades en las que viven y a las que pertenecen, defendiendo su identidad, así como sus derechos.

Además del intercambio académico, disfruté mucho mi estancia en Chicago. Soy una persona muy activa y la ciudad de los vientos me ofreció múltiples opciones de actividades: conseguí una bici de oferta y pedaleé por casi toda la ciudad; me maravilló cada concierto y festival al que asistí (bailé mucho en cada oportunidad); jugué voleibol playero con extraños y también pude practicar uno de mis deportes favoritos de vez en cuando en el pabellón de ajedrez a la orilla del lago. Además, entre las varias amenidades que la UIC nos ofreció durante este verano, fue acceso a un costo razonable a los centros deportivos y de recreación de su grandísimo campus, donde hice realidad un sueño personal postergado por años, escalar.

Aunque parezca que todo fue miel sobre hojuelas, quiero decir abiertamente que no fue del todo así. Chicago es una ciudad cara, en un país caro, donde es palpable la desigualdad y segregación por clase y por razas. Pasé dos meses en un país que me recordaba todos los días que no tengo suficiente dinero para ir al súper a hacer mi despensa –sin temor a quedar en bancarrota a mitad de mi estancia–. Con astucia encontré diferentes maneras de hacer “costeable” el resto de mi estadía. Estoy profundamente agradecida por el apoyo financiero y logístico que recibí por parte del equipo de UIC y del INSP, quienes facilitaron este viaje de múltiples maneras. Verdaderamente su ayuda hizo posible para mí vivir esta experiencia académica y de vida.

Por: Karen Lucero Quintero Magaña, MSP Ciencias Sociales y del Comportamiento, 3er semestre