Sensibilizar y capacitar en materia de igualdad de género: actividad fundamental para la ESPM y el INSP

Con el fin de contribuir a promover un clima laboral libre de violencia de género y discriminación dentro la comunidad del Instituto Nacional de Salud Pública y de la Escuela de Salud Pública de México (INSP/ESPM), la Dra. Aremis Villalobos, presidenta del grupo de trabajo de igualdad laboral y no discriminación laboral del INSP, presentó el primer seminario de este año 2023 intitulado “La perspectiva de género en la investigación y docencia en la salud pública” (1), sugiriendo que, “creemos que la sensibilización y capacitación en materia de igualdad de género es una actividad educativa fundamental y coadyuvante en la incorporación de esta perspectiva de género en nuestra comunidad institucional, útil para nuestro quehacer diario en la investigación y docencia.”

La Mtra. Norma San José Rodríguez, Directora de Género y Salud del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, abrió la ronda de intervenciones con la charla “Igualdad, inclusión y no discriminación con pertinencia cultural en salud”, reconociendo el trabajo conjunto y colaborativo que su dirección realiza con el INSP desde miradas “más humanas, sensibles y reflexivas” como son el género, la inclusión y la no discriminación con pertinencia cultural en salud. Y aseguró que abordar la salud pública desde esas miradas permite reconocer las brechas de desigualdad para combatir la discriminación e identificar las resistencias que existen en política pública, política laboral y política pública en salud.

La Mtra. San José Rodríguez invitó a “mirar con nuevos ojos” a la salud pública para delimitar los determinantes sociales desde donde las personas van a desarrollarse, entender, interactuar, comprender y co-ordenarse a través de un sistema de salud en específico; y explicó que el primer determinante social que define los riesgos a la salud es la identidad de género, la cual –dijo– está determinada a partir de factores biológicos, genéticos, físicos y sociales. Así, el género implicará todo aquello que la sociedad –incluso antes del nacimiento– va a depositar en los cuerpos como primer territorio de la identidad subjetiva, para poder determinar su funcionamiento, comportamientos, emociones y sentimientos, atributos, expectativas, roles y estereotipos. El género –explicó– no sería algo individual, sino algo socialmente organizado y estructurado a partir de 4 elementos fundamentales: identidades subjetivas; instituciones sociales que se organizan a partir de estos preceptos; sistemas jurídicos, así como otros sistemas más subjetivos (religiosos, científicos, políticos); y los sistemas simbólicos como el lenguaje, las costumbres y los ritos.

La Directora de Género y Salud del CNEGYSR afirmó que cuando se empieza a mirar la salud desde estas otras perspectivas se empieza a utilizar una herramienta analítica –a la que llamó interseccionalidad– con la que es posible empezar a desagregar los cuerpos y las identidades dentro de toda esa estructura física, simbólica y social que los determina para poder tener o no acceso a los servicios de salud. Por esta razón, la Mtra. Norma San José hizo una invitación a comenzar a pensar de manera mucho más amplia y reflexiva; y a transitar, de manera trasversal, de la visión de la medicina basada en indicadores a una medicina basada en valor, una atención centrada en las personas con visión de salud colectiva y con enfoques de género, inclusión, interseccionalidad, no discriminación y pertinencia cultural en salud pública.

En su turno, la Dra. Luz Arenas Monreal, investigadora del Centro de Investigación en Sistemas de Salud (CISS) del INSP, expuso la “Perspectiva de género en la investigación”, invitando a incorporarla en cada uno de los aspectos que conforman un protocolo de investigación. De esta manera, propuso comenzar por cuestionar los estereotipos vigentes e identificar participantes con interés en enfoque de género para conformar el equipo de investigación y asignar las distintas funciones y responsabilidades, buscando un equilibrio de género en su estructura y funcionamiento.

Sobre el proyecto de investigación comenzó sugiriendo hacer una lectura crítica y una planificación cuidadosa entre distintas bases de datos para incluir descriptores de sexo, género, relaciones de género, diferencia sexual, desigualdad de género, identidad, roles, etcétera; e incluir en las referencias bibliográfica los nombres completos de las personas, autoras y autores para visibilizar su aportación al tema en cuestión.

Al hablar del Marco teórico del proyecto, la investigadora del CISS sugirió incorporar un marco explicativo-interpretativo de las relaciones de género y salud y asegurar que la investigación sea sensible al género y que, preferentemente, haya una amplia integración del enfoque de género en los proyectos.

En lo referente al Problema de investigación, sugirió reformular problemas clásicos desde una perspectiva de género y abordar con esta perspectiva los problemas emergentes, proponiendo temas que contribuyan a romper dinámicas sexistas y los cuales realmente respondan a los intereses y demandas de las mujeres. Para ello –dijo–, es necesario incorporar experiencias de mujeres y hombres tomando en consideración edad, procedencia, orientación sexual, ocupación, tener discapacidad, entre otros aspectos que los hacen diferentes y desiguales. También consideró como muy importante atender sesgos de género que afectan la manera de plantear preguntas de investigación y enfoques explicativos

Para la Definición del problema, la Dra. Luz Arenas indicó que es necesario hacer su descripción analizando la influencia del género en la cuestión abordada y revisar si existen datos desagregados por sexo disponibles y/o si hay indicios de diferencias de sexo o desigualdades de género. También recomendó poner especial atención “a que el tema no contribuya a la patologización, victimización o culpabilización de las mujeres”, ni plantear temas que contribuyan al “reduccionismo de la salud de las mujeres”.

Para el planteo de Objetivos de investigación recomendó tomar en cuenta que el género es una relación social, una construcción simbólica, y organizarlos completamente separados por sexo; clarificando tanto problemas específicos como objetivos conjuntos. También recomendó plantear hipótesis definiendo sexo y género como categorías específicas.

Sobre la Metodología, la Dra. Luz Arenas recomendó el desarrollo de diseños participativos que sean sensibles al género, empleando instrumentos que permitan captar las relaciones de género. Asimismo, recomendó establecer variables y categorías relevantes al género –como roles, normas, uso de recursos, procesos de identidad– y otras alternativas sensibles al género.

En cuanto a la recolección de información recomendó hacer análisis previo sobre posibles sesgos de género; al aplicar encuestas, recoger datos desagregados; y al hacer entrevistas, incluir personas representativas y plantear cuestiones comunes mujer/hombre para cuidar la compatibilidad.

Con relación a la exposición de los Resultados de investigación, la Dra. Arenas sugirió no reflejar ideas androcéntricas, desagregar datos, evitar datos referidos solo a los hombres y evitar que los datos de mujeres aparezcan en función de los hombres.

Por último, sobre los aspectos éticos de la investigación, la investigadora del CISS sugirió orientar la investigación al cambio social y a la transformación de roles, estereotipos y situaciones injustas para mujeres y hombres.

La intervención de cierre del presente seminario estuvo a cargo de la Mtra. Itxchel Galván Estrada, quién habló sobre la “Perspectiva de género en la Educación en Salud Pública”, señalando que los sistemas educativos son sistemas atravesados por valores y prácticas sociales que crean, reproducen y perpetúan la construcción cultural de género, considerando al género un “filtro cultural”. Así –señaló– la educación en salud pública es una educación institucionalizada, por lo que se debe revisar cómo las instituciones de educación han reproducido estas construcciones sociales y cómo estas construcciones, a su vez, han reproducido desigualdades sociales como el desigual acceso a recursos, desigual retribución social del trabajo, inequitativa capacidad de decisión y de planear y disfrutar la vida.

La Mtra. Galván Estrada afirmó que para lograr producir un cambio de perspectiva en la educación en salud pública, es necesario un profesorado crítico y reflexivo que promueva un ambiente no sexista, una división no sexual del trabajo y un uso no sexista del lenguaje. Se debe –dijo–, incluir contenido y material educativo no binario a las unidades didácticas, con análisis en temas de género y bibliografía con perspectiva de género. Además de hacer ejercicios académicos con esa misma perspectiva y elaborar propuestas que visibilicen, expliquen y transformen las condiciones de desigualdad basadas en el género desde un enfoque no binario. Para concluir su intervención agregó que es necesario “cuestionar lógicas patriarcales y generar propuestas que no refuercen condiciones de subordinación”.

Por: Redacción ESPM


Referencias:

  1. Escuela de Salud Pública de México; Ciclo de Videoconferencias ESPM 2023; 22 de febrero de 2023; Seminario “La perspectiva de género en la investigación y docencia en la salud pública”. Disponible en línea en: https://youtu.be/swvPN4Z1ZZE