Personal en formación, el eslabón más frágil de la cadena ante el acoso y el hostigamiento sexual en el ámbito de la salud

Correspondiente al Ciclo de Videoconferencias Escuela de Salud Pública de México (ESPM) 2023, la Mtra. Norma Angélica San José Rodríguez, Directora de Género y Salud del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud, impartió la conferencia intitulada ¿Cómo proteger al personal en formación ante el acoso y hostigamiento sexual? (1)

Tratándose de una materia de interés para toda la Secretaría de Salud, la Mtra. San José se planteó el abordaje de éstos temas enfocándolos hacia el personal en formación que representa uno de los eslabones más frágiles de la cadena de relaciones que se establecen en el ámbito de las instituciones prestadoras de servicios de salud y de los centros de formación en salud, al observarse un vacío para poder acompañarles y proteger su dignidad como personas, previniendo el acoso y el hostigamiento sexual. Así, el objetivo que se planteó para su conferencia fue el de implementar propuestas de reflexión de cuáles son los caminos o rutas para atender, proteger y fortalecer el trabajo, abordando la igualdad de género y la inclusión y no discriminación en el ámbito laboral, en beneficio del personal de salud en formación, residente, de pregrado y/o aquel que está formándose en la ESPM, por representar éstos últimos, el grupo más vulnerable de la población en formación.

Hostigamiento y acoso sexual

El Hostigamiento sexual y el acoso sexual son dos formas de violencia que se ejercen sobre todo –no exclusivamente– contra las mujeres en nuestro país, de forma estructurada y cotidiana en muchos ámbitos como el familiar, educativo y laboral; y en muchos contextos como tales como el hogar, la calle y el transporte, entre otros. Este tipo de violencia sexual afecta a todos los climas laborales, pero también a la salud física y mental de quienes están inmersos en este ejercicio de poder diferenciado, pues de manera progresiva se pueden ir presentando diversas afectaciones.

Se trata de un problema global y estructural en el que se interrelacionan 3 principales factores institucionales: 1) una estructura jerárquica rígida; 2) un entorno laboral dominado por la masculinidad; y 3) un clima laboral que protege, tolera y justifica las transgresiones, especialmente cuando las ejerce(n) la(s) persona(s) que ostenta(n) el poder. “Lamentablemente la educación y la práctica médica combinan estos 3 factores”, comentó la Mtra. San José. Asimismo, explicó que en el ámbito de la salud no estamos exentos de ambientes dominados por una masculinidad hegemónica y patriarcal, donde hay personas muy reconocidas en sus ámbitos de especialidad y en ocasiones su nivel jerárquico –establecido por la rigidez de las estructuras institucionales– favorece, justifica e incluso los protege cuando cometen actos de acoso y hostigamiento sexual, “porque se cuida no sólo el estatus de la persona, sino también de la institución”.

Es en este contexto, dónde se ha ubicado que las y los estudiantes de medicina tienen un 220% más probabilidades que los estudiantes de disciplinas no científicas y de otras disciplinas académicas, de enfrentar situaciones de acoso sexual por parte del profesorado o el personal con el cual entran en contacto durante sus prácticas de formación.

Según se expuso en esta videoconferencia, en comparación con otros sectores, las personas del ámbito de salud reportan ser víctimas de uno de los niveles más altos de violencia y acoso sexual. Según la Encuesta Nacional de Médicos en Formación 2021, en la cual se encuestó a 2,458 personas en las 32 entidades federativas –63% mujeres y 36% hombres–, el 50% de los médicos se han sentido acosados o han sufrido algún tipo de agravio en algún momento durante su formación y campo clínico. El 68% de las mujeres y el 32% de los hombres han vivenciado acoso. De ellos el 56% como residentes, 55% pasantes, 48% estudiantes internos de pregrado y el 37% estudiantes de materias básicas o clínicas. Asimismo, el 35% no conoce los mecanismos de denuncia y acompañamiento, ni las rutas de atención disponibles cuando las hay. Otro 35% de los encuestados afirma que no existen mecanismos institucionales que atiendan esta problemática.

Por su parte la Encuesta Nacional de Estudiantes de enfermería 2021, hizo saber que el 54% de las enfermeras en formación y el 17% de los hombres han vivenciado acoso durante su formación. Sin embargo, en el caso de los hombres, con mucha frecuencia la normalización de este tipo de violencias no les permite su plena identificación.

Sobre la confianza, la Encuesta Nacional de Médicos en Formación arrojó que el 62% de los encuestados no tiene confianza en las universidades o en el campo clínico para resolver problemas de acoso. Esto significa que a pesar de que se han hecho esfuerzos por establecer rutas y protocolos, no se están atendiendo de manera favorable las resoluciones y con ello se están perdiendo la confianza y la credibilidad de los médicos en formación.

Marco Normativo

Debemos saber que sí existe un marco jurídico y normativo que obliga a implementar acciones para proteger a la población académica estudiantil en formación. En este marco normativo están la Constitución y la Ley general para la igualdad entre mujeres y hombres. El Estado Mexicano ha firmado distintos tratados internacionales como el de la Fuerza laboral de Salud y Cuidados de Igualdad de Género, o el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo OIT que exigen la implementación y ejecución de acciones para prevenir, atender, resolver y sancionar casos de hostigamiento y acoso sexual en el ámbito laboral de la salud.

Así lo enuncian con claridad la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres en su Artículo 1 al describir el objeto de la propia ley sobre la Igualdad de oportunidades y de trato entre mujeres y hombres; el Artículo 3 al decretar que la transgresión a los principios y programas de la propia ley prevé será sancionada por la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos; o el Artículo 23 que define al Sistema Nacional para la Igualdad entre Mujeres y Hombres como el conjunto orgánico y articulado de relaciones, métodos y procedimientos para efectuar acciones destinadas a la promoción y procuración de la igualdad entre mujeres y hombres.

De igual manera, los artículos 41 y 42 para la eliminación de estereotipos establecidos en función del sexo, determinan que las autoridades pertenecientes al Sistema Nacional para la Igualdad entre Mujeres y Hombres tienen que hacer acciones que garanticen la eliminación de estereotipos y erradiquen y disminuyan la violencia hacia las mujeres e integrar una perspectiva de género en todas las políticas públicas.

Por su parte, el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo OIT, que fue ratificado por el Estado mexicano en el mes de junio del año 2022, se reconoce como indispensable la adopción de un enfoque inclusivo integrado para acabar con la violencia y el acoso sexual en el trabajo; y tiene como fin proteger a las personas trabajadoras independientemente de sus situación contractual y al personal en formación.

Con base en el Convenio 190, en Salud se ha desarrollado la Política pública para prevenir el acoso sexual en el sistema de salud, la cual pretende hacer caminar hacia una cultura laboral de cero tolerancia a partir de un enfoque inclusivo integrando 6 elementos clave: 1) liderazgo, 2) prevención y evaluación, 3) enfoque inter-seccional, 4) rendición de cuentas, 5) testigo proactivo, 6) largo plazo, para tratar de garantizar la dignidad y el derecho de todas las personas, incluida las personas en formación, independientemente de su relación contractual.

Para romper el pacto patriarcal se debe empezar a poner sobre la mesa la normatividad que haga valer los derechos de todos. Ya se tienen códigos de ética y conducta de los servidores públicos y existen los formatos para presentación de denuncias para que el comité de ética e integridad en salud tengan los caminos para instrumentar mecanismos de atención, emisión de recomendaciones y poder sancionar.

Se deben garantizar los derechos de todas las persona que se relacionen con la Secretaría de Salud de forma momentánea, temporal o permanente. A fin de garantizar la dignidad de las personas se emitió en 2019 el Decreto de igualdad y no discriminación en la Secretaría de Salud con lineamientos que se emanan de la Ley de Igualdad del Sistema Nacional para la Igualdad entre Mujeres y Hombres.

Es necesario que hagamos valer los principios de igualdad que nos mandatan la Constitución y las leyes. Lograr la igualdad de género y la igualdad de género en el ámbito laboral significa crear acciones que garanticen las mismas oportunidades de desarrollo y la buena salud desde un enfoque de equidad y ética, distribuyendo el poder bajo un ámbito de justicia y llevando a cabo acciones que eliminen las barreras que impiden el desarrollo profesional de manera digna. La equidad es el medio y la igualdad el resultado. “Minimizar una problemática porque no te ha pasado a ti, es asumir desde el privilegio y no desde la realidad”, subrayó la Mtra. Norma San José.

Por: Redacción ESPM


Referencia:

(1) Videoconferencia ¿Cómo proteger al personal en formación ante el acoso y hostigamiento sexual en la comunidad INSP?; Norma Angélica San José, 17 de mayo de 2023. Disponible en la web en: https://www.facebook.com/watch/live/?ref=watch_permalink&v=805982167609862