Marcha simbólica de zapatos rojos, una lucha incansable por los derechos de las mujeres

El Instituto Nacional de Salud Pública se unió a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer con una serie de actividades significativas que destacaron la importancia de la lucha por los derechos de las mujeres en todos los ámbitos: institucional, comunitario, familiar e individual.

Una de las actividades más destacadas fue la “Marcha simbólica de zapatos rojos”, una iniciativa que surgió en 2009 gracias a la artista mexicana Elina Chauvet. Esta propuesta originalmente concebida como una instalación artística para visibilizar los abusos ejercidos sobre las mujeres y el feminicidio, ha evolucionado desde entonces para convertirse en un poderoso símbolo de la lucha contra la violencia de género y en defensa de los derechos de las mujeres. Cada par de zapatos o sandalias colocadas en la instalación representa la dolorosa ausencia de las mujeres que perdieron la vida de manera violenta debido a su género.

Es importante resaltar que Elina Chauvet dio inicio a esta instalación como un homenaje a su hermana, víctima de la violencia de género en un país donde los feminicidios continúan siendo una trágica realidad. Según datos oficiales del Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública, entre el 1 de diciembre de 2018 y el 31 de enero de 2024, se registraron 4,817 casos de feminicidios a nivel nacional, subrayando la urgencia de seguir trabajando en la erradicación de esta violencia sistemática contra las mujeres.

Otra de las actividades destacadas fue un conversatorio realizado el 13 de marzo, en el cual participaron mujeres investigadoras y estudiantes, quienes abordaron temas como los roles de género y el desarrollo de las mujeres. La Dra. María Lucero Jiménez Guzmán, investigadora del CRIM-UNAM, expuso sobre el papel de las mujeres en la sociedad, haciendo referencia al patriarcado, donde históricamente el hombre detenta el poder y es considerado la figura “fuerte” de la familia. Aunque estos roles han evolucionado con el tiempo, todavía persisten mandatos que subordinan a las mujeres, incluso cuando estas se convierten en la principal fuente de ingresos en los hogares, siguen asumiendo la mayor parte de las responsabilidades domésticas y de crianza.

La investigadora del CRIM señaló que muchas veces, en el ámbito doméstico, las propias mujeres perpetúan estos roles asignando poder a los hombres, lo que refuerza las diferencias de género en el hogar. Por lo tanto, propuso que la transformación de estos roles debe comenzar desde el hogar, como punto de partida para lograr un equilibrio de género en todos los ámbitos sociales y asi avanzar en el desarrollo de una sociedad respetuosa de la condición humana y su diversidad. 

Además de abordar los roles de género en el hogar, se discutió cómo se manifiestan estas disparidades en el ámbito laboral, donde las jerarquías siguen estando concentradas en el género masculino.

Durante el conversatorio se reflexionó sobre los avances en materia de equidad de género dentro del INSP a lo largo de los años, aunque se cuestionó si estos avances responden más a las exigencias de organismos internacionales que a un cambio cultural genuino dentro de la institución.

Entre las reflexiones planteadas, se destacó la idea de que hombres y mujeres nacen iguales, siendo los mandatos sociales los que los diferencian ya que se asignan una serie de roles a hombres y mujeres que determinan cómo deben ser las relaciones entre ellos, enseñándonos cómo ser y cómo comportarnos para cumplir con las expectativas impuestas durante el proceso de socialización. Todo ello se concreta en una serie de mandatos que interiorizamos y hacemos nuestros, nos piden transgredir los modelos hegemónicos de masculinidad y feminidad, se traducen en pensamientos, emociones y conductas  que alimentan el orden social.  Si incumplimos con estos mandatos nos enfrentamos a la critica social, la culpa y la vergüenza.

Además de estas reflexiones, se identificaron “áreas de oportunidad” para promover una cultura institucional equitativa y respetuosa de los derechos y la igualdad de género en la comunidad INSP/ESPM. Se sugirió la implementación de cursos y materiales relacionados con la no violencia y la equidad de género, así como acciones didácticas y metodologías educativas para influir en la conciencia colectiva y la cultura institucional. También se propuso establecer un protocolo claro para eliminar la violencia de género, con puntos claros tanto para la denuncia como para la actuación, con objetividad y justicia.

Gracias a las mujeres que participaron en este conversatorio exponiendo sus ideas, opiniones y experiencias:

Dra. María Lucero Jiménez Guzmán, investigadora del CRIM-UNAM.
Dra. Mara Téllez Rojo, investigadora del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del INSP.
Dra. María de Luz Arenas, Investigadora del Centro de Investigación en Sistemas de Salud del INSP.
Ing. Alejandra Rodríguez, personal de base del INSP.
Licda. Olivia Hernández, estudiante de la ESPM.
Licda. Sidney Martínez Sánchez, estudiante de la ESPM. 

Por: Redacción ESPM, con la colaboración de la Dra. Victoria Pando Robles, investigadora del Centro de Investigación sobre enfermedades Infecciosas (CISEI-INSP) y la Dra. Lourdes Guierrez Xicotencatl (CISEI-INSP).