ESPM, un modelo de cambio transformativo: abogacía, emprendimiento social y aprendizaje–servicio

El jueves  27 de mayo se realizó el Tercer Conversatorio hacia los 100 años de la Escuela de Salud Pública de México: “ESPM un modelo de cambio transformativo: abogacía, emprendimiento social y aprendizaje-servicio”, coordinado por la Dra. María Eugenia Ocampo Granados; con la participación de la Dra. Pilar Aramburuzabala, presidenta de la Asociación Europea de Aprendizaje Servicio en Educación Superior; la Dra. Cristina Parsons, directora de desarrollo de capacidades de NCD Alliance; la Mtra. Paola Cubides, directora de Medición de Impacto Social en Azaí Consultores; el Dr. Morgan Guerra, director general de Previta; y el Dr. Andrés Castañeda, Coordinador de la causa de Salud y Bienestar en Nosotroxs.

Desde una mirada “colectiva, interprofesional, interdisciplinaria e internacional”, este tercer conversatorio versó sobre tres perspectivas metodológicas enraizadas en la justicia social que han mostrado su eficacia en la formación de agentes de cambio: abogacía, emprendimiento social y aprendizaje-servicio.

En el primer bloque, Conceptualización de perspectivas metodológicas y experiencias, la Dra. Pilar Aramburuzabala explicó que la metodología del aprendizaje–servicio es una herramienta especial que vincula, de forma explícita y estructurada, los objetivos de aprendizaje curriculares con los objetivos de servicio a la comunidad, desarrollando en los estudiantes un compromiso cívico para toda la vida.

Por su parte, sobre este mismo tema el Dr. Andrés Castañeda resumió el quehacer de la abogacía en la capacidad de los ciudadanos para hacer suyo el sistema; pudiendo tomar decisiones e incidir sobre las políticas y acciones del gobierno, haciendo énfasis en que los salubristas –siendo personajes líderes en el campo de la salud– tienen la responsabilidad de generar cambios en la legislación que terminen impactando en la vida de todos.

La sociedad civil debe buscar influir e incidir en cambiar las políticas públicas, las legislaciones, regulaciones y procesos. Así lo expuso la Dra. Cristina Parsons, quien evidenció la importancia que tiene el trabajo en red para la abogacía, donde ocurren alianzas a nivel mundial, regional y nacional. De igual manera, señaló que el proceso de planificación estratégico sigue una serie de pasos donde el salubrista puede jugar un rol muy importante tanto en el análisis de situación como en el análisis de los diferentes actores.

Más adelante pudimos apreciar la importancia de las tecnologías de la información para brindar acceso a la salud, desde la mirada de la innovación social que nos planteó el Dr. Morgan Guerra. Quien además hizo mención de que hay muchísimas oportunidades y áreas para desarrollar emprendimiento social en salud que pueden ayudar a complementar a los sistemas oficiales de salud.

Para la Mtra. Paola Cubides tener buenas intenciones o ser apasionada no garantiza conseguir un impacto importante,  esto sólo sucede –dijo– si se planea cómo alcanzarlo. De ahí la releancia de la Medición de impacto y la necesidad de establecer indicadores que respondan al cuestionamiento de qué cambios y transformaciones vamos a conseguir a través de intencionar programas, acciones o proyectos.

En el segundo bloque, Consideraciones y propuestas para la interrelación entre los campos público, privado y social,  la Dra. Cristina Parsons señaló que se debe estimular el trabajo en alianza entre las organizaciones de la sociedad civil, a fin de incrementar tanto el poder de las organizaciones como el perfil del tema de interés. Para ello, la Dra. Parsons sugirió establecer un enfoque en áreas de interés compartido y, más adelante, definir las mejores formas, plataformas y estructuras para trabajar en forma conjunta.

Al respecto, el Dr. Andrés Castañeda dijo que la salud pública amalgama a todos los sectores de la sociedad, resultando de vital importancia para los salubristas entender las alianzas y las redes sociales e interinstitucionales con lo cual serán capaces de crear espacios de interlocución, hacer trabajo transdiciplinario, tener liderazgo en los procesos y lograr que se escuchen las voces de todos y de todas.

Y hablando de voces, la Dra. Pilar Arumburuzabala hizo ver que desde la perspectiva del aprendizaje–servicio, la voz de los estudiantes es fundamental en el diseño, implementación y evaluación de los proyecto de intervención para dar realmente a la sociedad lo que la universidad tiene, poniéndolo al servicio de los más necesitados.

La Mtra. Paola Cubides resaltó el valor y la potencia de las intersecciones entre los diversos sectores, que posibilita la innovación pública, pues las intersecciones son aquellos espacios de participación donde se puede ejercer la ciudadanía efectiva. Esas intersecciones son sumamente valiosas y tienen unos paradigmas y una forma de actuar verdaderamente disruptivos. El espacio que conecta a todos los sectores es el espacio para la innovación social, es ese escenario en el que todos los sectores pueden aportar en pro del bien común.

En el tercer bloque, Reflexión del rol de la academia en la formación y la investigación para fortalecer los campos expuestos, el Dr. Andrés Castañeda mencionó que si bien estos temas no pertenecen al currículum tradicional, son fundamentales para hacer una verdadera transformación de la sociedad, no obstante esto, el cómo aterrizar estos temas en las aulas sigue siendo un reto para las escuelas de Salud Pública.

Cristina Parsons sugirió establecer alianzas entre salubristas-investigadores y las organizaciones no gubernamentales que trabajan activamente haciendo incidencia política, pues esas alianzas dan una buena oportunidad de incidir en las políticas públicas.

El poder tratar un volumen grande de información, sintetizar y entender cuales son los puntos clave, son cualidades de los salubristas muy importantes para las ONGs. Además, el salubrista tiene también la legitimidad de científico que se puede utilizar para hacer portavocía.

Sobre el tema de Equidad e Inclusión, dijo que la academia tiene que asegurar la participación significativa de comunidades y pacientes en el trabajo de investigación. Empoderar pacientes en los procesos de toma de decisiones.

La Dra. Pilar Aramburuzabala cerró su participación exhortando a los docentes a innovar, a atreverse a introducir metodologías que acercan a la universidad a las necesidades de la sociedad.

Paola Cubides, en tanto, como experta en innovación y economía solidaria señaló que la academia puede hacer mucho por fomentar el intra-emprendimiento planteando el qué se quiere cambiar y con qué actividades se pretende hacerlo, asimismo establecer indicadores y hacer seguimiento para alcanzarlos. Inventar posibles soluciones, testear y experimentar. Generar espacios de debate donde pueda surgir la innovación y seguir invirtiendo para que el conocimiento no se quede en la academia y se comparta con los otros sectores.

Sobre esa idea, el Dr. Morgan Guerra coincidió en que actualmente con la tecnología de la información se pueden idear proyectos y programas de innovación social para la salud con los cuales se logre un impacto positivo e incluso masivo, que sume a lo que se está haciendo en los sistemas de salud oficiales; aportando información útil, valiosa y de primera fuente, “de la vida real”.

Por: Redacción ESPM