Escuela de Salud Pública de México. Casi un siglo formando recursos humanos para mejorar la salud de la población

La Escuela de Salud Pública de México (ESPM) fue fundada hace noventa años, el 23 de marzo de 1922, y desde su creación ha seguido un curso evolutivo incesante en la formación de salubristas. Debido a su vocación social y de servicio, la ESPM ha adaptado continuamente su oferta educativa a las necesidades y circunstancias particulares de las distintas épocas por las que ha atravesado el devenir histórico de nuestro país –que va de la década de los años veinte, época de los planes de estudio de los llamados “cursillos”, hasta la creación de las especialidades, maestrías y doctorados que actualmente se ofertan–. 

El 23 de marzo de 1922 se inauguró, siendo pionera en América Latina, la Escuela de Salubridad de México (ESM) con el fin de “educar higiénicamente a la población y preparar profesionistas de la salud para que hicieran el trabajo en campo”, dependiendo directamente del recién creado en 1917, Departamento de Salubridad Pública (DSP). En la ceremonia de inauguración, se anunció que la ESM ofrecía los “diplomas” de Oficial de Salubridad y de Estudios Superiores de Higiene y Salubridad Pública como el máximo grado académico, iniciando así el proceso de formación de los primeros profesionales de la salud pública en México.

El primer “cursillo” se ofreció a principios de 1922, poco antes de la inauguración de la ESM y consistió en un curso práctico de bacteriología “para señoritas”, orientado a consolidar un grupo de mujeres preparadas para enfrentar los problemas epidemiológicos y de salud pública heredados de la Revolución. La entrega de diplomas a las participantes se realizó el 10 de agosto de 1922, apenas cinco meses de inaugurada la escuela.

Una de las materias más antiguas e importantes impartidas en la ESM fue la llamada Educación Higiénica. A partir de 1930 las materias impartidas en la escuela y las actividades de sus profesores y estudiantes tuvieron una orientación de mayor compromiso social bajo el concepto de “Medicina Social”. Para ello se promovieron prácticas de campo en estaciones de adiestramiento promovidas por representantes de la Fundación Rockefeller. La primera estación se inauguró en noviembre de 1932 en la ciudad de Cuernavaca.

Siguiendo los principios de la Medicina Social, a inicios de la década de 1940 se discutió la necesidad de posicionar a la Escuela de Salubridad e Higiene como pilar del Programa Nacional de Higiene para médicos sanitarios, enfermeras, ingenieros y oficiales sanitarios ofreciéndose materias como Higiene Mental, Administración Sanitaria, Epidemiología, Saneamiento del Medio Ambiente y Bioestadística, entre otras.

Hacia mediados de los años cuarenta se promueve la formación de inspectores sanitarios. Más tarde, en 1958, se instituyó en la ESM el cargo de Técnico en Saneamiento. Y entrada la década de los sesenta se impulsó la formación de técnicos para que participaran de las labores de saneamiento del país.

Los primeros pasos de la investigación en salud pública los dio el doctor Miguel Bustamante, quien promovió la investigación científica en la Escuela de Salubridad. A principios de 1952, la esta escuela y el Instituto de Salubridad y Enfermedades Tropicales se fusionaron en un solo organismo promoviendo la integración entre docencia e investigación como un compromiso social. Ello se tradujo en un interés por promover entre los estudiantes “una justa valoración de las ciencias biológicas y sociales” en el campo de la salud pública.

El doctor Daniel Martínez García, director de 1959 a 1960, impulsó el cambio de nombre de la Escuela de Salubridad al de Escuela de Salud Pública –como se le conoce en el presente-. Para entonces dejaron de ofertarse “cursillos”, para dar paso a los cursos y maestrías. Fueron las ciencias sociales las materias de mayor trascendencia incorporadas al plan de estudios en esa época reconociendo que la salud pública debía hacer un adecuado uso de los recursos para satisfacer las necesidades de salud generadas dentro de un marco social y económico definido. “Mirar hacia la comunidad y convivir con sus habitantes” sería desde entonces una prioridad.

Propuesto por el doctor Rodríguez Domínguez, en 1984 la escuela sufre un cambio estructural definitivo modernizándose en aspectos administrativos y en aquellos relacionados con la conjunción de tareas de investigación y docencia para proponer nuevos temas, enfoques y técnicas en el manejo de los problemas de salud pública. Uno de los mayores retos planteados entonces fue “establecer un puente entre el conocimiento teórico disponible y su aplicación práctica a la solución de los problemas de salud de la comunidad”. En 1985 se abrió por vez primera una Maestría en Ciencias centrada en epidemiología. Y, a partir de 1987, como parte del proceso llamado “cambio estructural de la salud”, encabezado desde la Secretaría de Salud, se crea el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), dirigido por el doctor Julio Frenk Mora.

La Escuela de Salud Pública de México (ESPM) dirigida entonces por el doctor Enrique Ruelas pasó a formar parte del instituto, y dado que se consideró que la investigación y la formación de recursos humanos eran procesos necesarios para iniciar y fortalecer el cambio estructural de la salud, se anunció la fusión de la ESPM con los Centros de Investigación en Salud Pública y en Enfermedades Infecciosas. En ese momento ya existía la Maestría en Ciencias con especialidad en Epidemiología y en 1989 se abrió el programa de Doctorado en Ciencias de la Salud Pública.

La década de los noventa significó una época de cambios administrativos y estructurales para la ESPM. En palabras del doctor Jaime Sepúlveda, director de 1995 a 2003, “Escuela e Instituto se vuelven un solo y todo uno”. La misión central del instituto a su cargo fue la “integración”. Se promovió la formación de recursos humanos como una tarea fundamental. Para ello se creó la Secretaría Académica a fin de garantizar la calidad de los programas docentes. En un período de ocho años se inauguraron otros centros de investigación en el instituto y se abrieron las sedes de Tapachula, Chiapas y el Ciudad de México.

En 2005 la doctora Laura Magaña Valladares es nombrada Secretaria Académica de la Escuela, siendo la primera mujer y profesionista no médico en ocupar dicho cargo desde que la escuela fue fundada en 1922. Su labor fue fundamental para impulsar la modernización educativa del INSP, pues durante su gestión se logró la incorporación de todos los programas académicos al padrón de excelencia del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y se obtuvo en 2006 la acreditación de la agencia norteamericana CEPH o Consejo Educativo para la Salud Pública, siendo la primera institución fuera de los Estados Unidos de América en lograrlo. En el mismo sentido, en 2008 se logró la acreditación de la Red de Instituciones Europeas de Educación Superior en Salud Internacional o TROPED y en 2010 la incorporación a la Asociación de Escuelas de Salud Pública Europeas o ASPHER. De esta forma se alcanzó no sólo el reconocimiento internacional del Programa Académico del INSP, sino la posibilidad del intercambio académico.

Hoy, a casi un siglo de su creación, la ESPM/INSP ofrece diez áreas de concentración de la Maestría en Salud Pública, once Maestrías en Ciencias, tres Doctorados en Ciencias de la Salud, un Doctorado en Nutrición Poblacional, un Doctorado profesionalizante en Salud Pública, además de las especialidades en Promoción de la Salud y Salud Pública y Medicina Preventiva. El Programa Académico, sensible a la necesidad de profesionalización del personal en servicio, diseña la modalidad ejecutiva que se ofrece en la sede de Tlalpan los fines de semana y, a partir de 2006, la modalidad virtual que permite la capacitación a distancia de los cuadros profesionales que trabajan en los servicios estatales de salud.

La incorporación de las tecnologías a este nuevo modelo educativo juega un papel fundamental en el desarrollo de la ESPM, logrado ser un referente mundial en la innovación educativa. El Campus Virtual 2.0 es un espacio dirigido a investigadores, estudiantes y al público en general, para compartir y generar información de manera interactiva. Dentro del campus existen varias secciones, entre las que se encuentran Oferta Académica, Comunidad Estudiantil, Gestión y Servicios, INSP en Red y Centro de prensa que constituyen como una fuente de información y de formación.

Asimismo, la publicación Salud Pública de México es en la actualidad una de las fuentes documentales más sólidas para apoyar las decisiones que, con base en evidencia científica, buscan mejorar las condiciones de salud de las poblaciones. Salud Pública de México es una revista de nivel III con factor de impacto que contribuye de manera importante a la difusión del conocimiento derivado de la investigación y al debate contemporáneo de la salud pública.

Por: Redacción ESPM