El valor del pensamiento creativo para la salud pública

Por: Mtro. Ernesto Arana Bustamante1

Dada la actual complejidad de los retos que se plantean en el campo de la salud pública, las soluciones requeridas tienden a ser cada vez más sistémicas e integrales, y exigen de los salubristas una mayor comprensión de las condiciones, necesidades, expectativas y predisposiciones específicas que puedan incentivar cambios en hábitos y conductas, tanto de individuos y grupos como de entidades, comunidades y sociedades completas, hacia la prevención, el cuidado y la promoción de la salud.

Es en el contexto presente de cambios e incertidumbre donde se sitúa la necesidad de adoptar enfoques de innovación que puedan contribuir a generar propuestas de solución con una mayor empatía por las personas y las comunidades para diseñar intervenciones rentables y costo-efectivas mediante procesos más eficientes en el uso de los recursos, con mayor satisfacción final de los usuarios.

La investigación en salud pública y sus hallazgos generalmente se organizan en torno al método científico que refleja un enfoque lineal para la resolución de problemas, lo cual es necesario pero en ocasiones resulta limitante, ya que muchas de las intervenciones  (incluso aquellas que emplean estrategias basadas en evidencia) no logran el impacto deseado debido a un diseño deficiente o insuficiente. Eso ocurre porque el pensamiento lineal suele ser limitado cuando aborda los sistemas comunitarios y de salud pública que son complejos y desordenados. El pensamiento de diseño ofrece un proceso estructurado y replicable para la resolución creativa de problemas permitiendo conexiones múltiples entre las nuevas ideas y las ideas preexistentes, fomentando la creación rápida de prototipos para observar, identificar, encuadrar y determinar las necesidades y problemas de los individuos y las comunidades. Así, el pensamiento de diseño o pensamiento creativo puede incorporarse como herramienta desde el inicio del proceso de diseño de intervenciones en salud pública para apoyar la obtención de un mayor y mejor entendimiento de las personas, de los grupos humanos y de la comunidad en su conjunto, recopilando, comprendiendo y empleando a su favor sus percepciones, aspiraciones, expectativas y comportamientos.

El pensamiento creativo y los métodos de investigación para el diseño han demostrado su valor y consistencia al inspirar formas nuevas de conocer e involucrar a las personas y las comunidades en sus propios procesos, pues conducen a soluciones centradas en el ser humano (human centered design) combinando investigación, diseño y creación de prototipos en ciclos iterativos, mediante la vinculación e interacción directa y comprometida con los usuarios finales, que se da durante todo el proceso de búsqueda y diseño de soluciones. De ese modo, el valor del pensamiento creativo se puede reconocer en todos los momentos del proceso de una intervención en salud pública, desde la búsqueda de formas nuevas de identificar y enmarcar problemas, hasta los procesos de co-creación y co-diseño junto con los usuarios de las soluciones que mejor atienden a sus propias necesidades, expectativas, usos, costumbres e idiosincrasia.

El pensamiento de diseño es un enfoque de resolución de problemas utilizado hoy en todas las disciplinas proyectuales, que cada vez ha alcanzado una mayor utilidad y reconocimiento fuera de los contextos del diseño, donde se ha aplicado a una amplia gama de problemas complejos debido a su flexibilidad, creatividad y no linealidad, ayudando a equipos multidisciplinarios a equilibrar tecnología, factibilidad, pertinencia y viabilidad al encarar proyectos para lograr soluciones sistémicas integradas y efectivas.

Por su parte, los métodos de investigación de diseño resultan particularmente útiles para explorar y generar una amplia gama de ideas iniciales para el diseño de nuevas intervenciones involucrando a la comunidad a través de la participación. Asimismo, pueden resultar muy relevantes al crear y mantener soluciones innovadoras para favorecer la salud pública al inspirar nuevas formas de conocer e involucrar a las personas y las comunidades en su salud; así como también pueden complementar, ampliando el conjunto de herramientas empleadas para la investigación en salud pública. Estos métodos son mayoritariamente cualitativos y están adaptados de diversos campos como la etnografía, la sociología, la psicología y la antropología social.

En el campo de la salud, en general, y en el de la salud pública, en particular, el pensamiento creativo de diseño se ha utilizado para desarrollar intervenciones innovadoras en desafíos de cambio de comportamientos complejos que van desde la adherencia a medicación, hasta la promoción de exámenes de salud preventivos, demostrando su utilidad tanto para diagnosticar como para generar posibles soluciones a los problemas de comportamiento. El enfoque de diseño puede ayudar proporcionando herramientas metodológicas en la creación de nuevas intervenciones de salud pública, permitiendo observar holísticamente el proceso completo y obtener información inmediata y directa sobre dónde ocurren las equivocaciones para poder rectificar a tiempo, ahorrando esfuerzos y recursos.

La mayoría de los desafíos de salud pública necesitan actualmente respuestas de diseño para vincular las creencias, el conocimiento y accionar de las personas, generando un círculo virtuoso de comportamientos saludables que puedan convertirse en hábitos.

Mirar los desafíos de la salud pública desde el enfoque del pensamiento creativo y a través de la lente del diseño centrado en el usuario puede conducir a nuevos conocimientos, nuevas intervenciones y a nuevas formas de involucrar a las personas y las comunidades en la promoción y cuidado de su propia salud.

Referencias: 

Brown, T. (2020). Diseñar el cambio: Cómo el Design Thinking puede transformar las organizaciones e inspirar la innovación. España: Empresa Activa

Serrano Ortega, M. y Blázquez Ceballos, P. (2019). Design Thinking. Lidera el Presente. Crea el Futuro. ALFAOMEGA/ ESIC

Schön, Donald A. (2007). The Reflective Practitioner. How the professionals think in action. Londres: Ashgate


 

  1. Licenciado en Comunicación gráficas y Mtro. en Ciencias y Artes para el diseño, por la UAM Xochimilco, durante 24 años ha colaborado como docente, coordinador de posgrados, jefe de carrera y director en facultades y escuelas profesionales de diseño y comunicación, de reconocidas instituciones de educación superior en el centro, sur, sureste y noroeste de México. Ha sido asesor y consejero para la evaluación profesional de Diseño del Centro Nacional para la Evaluación de la Educación Superior, CENEVAL.