El lenguaje incluyente y no sexista como estrategia para visibilizar a las mujeres

La Dra. Rosario Valdez, investigadora en ciencias médicas D, en el Centro de Investigación en Sistemas de Salud (CISS-INSP), dio la bienvenida al seminario “Lenguaje incluyente y no sexista más allá de la gramática”, organizado –dijo– como “acto reflexivo. Ni celebración, ni conmemoración”, en el Día Internacional de la Mujer. La Dra. Valdez aseguró que “estamos reflexionando con la comunidad académica para tener una agenda propia para nuestra comunidad institucional.”

Por su parte, el Dr. Eduardo Lazcano, director general del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), reconoció su interés por el tema y reiteró su agradecimiento a la invitación que le fue extendida para su participación en este evento –al que calificó de primordial importancia–, como un “compromiso personal” de promover desde la dirección general de este instituto una perspectiva de igualdad y equidad entre hombres y mujeres. Asimismo, señaló que para permear esta perspectiva a nivel institucional se deben incorporar no solo principios éticos, sino también estrategias que compensen “la enorme desigualdad sufrida históricamente por las mujeres”. El director general del INSP hizo saber que ya hay una comisión para desarrollar los mecanismos administrativos que permitan la acreditación de cada una de las tres sedes del INSP, en la Norma Mexicana 025 en igualdad laboral y no discriminación, con el propósito de favorecer el desarrollo integral de sus trabajadoras y trabajadores; para imprimir –también– en los contenidos de los programas académicos la perspectiva trasversal de género en todas las unidades didácticas en función de los derechos humanos; y para seguir impulsando dentro del instituto una renovación organizacional que dé respuesta a esta demanda. De igual manera, hizo saber que en esta institución está en discusión la necesidad de crear un grupo inter colegiado de Salud y Género. 

El director general del INSP señaló que el compromiso institucional debe dirigirse a incorporar la perspectiva de género y no discriminación desde los procesos de reclutamiento, selección, movilidad y capacitación; garantizar la igualdad salarial; y tomar las medidas correspondientes para prevenir y atender la violencia en el trabajo, al igual que implementar acciones de corresponsabilidad asociadas a la vida laboral, familiar y personal de las trabajadoras con igualdad de trato y oportunidades.

Sobre el acuerdo de colaboración que se tiene con el INMUJERES, el Dr. Lazcano mencionó la necesidad de que se le dé seguimiento puntual para recibir de ese organismo recomendaciones sobre cómo avanzar más rápidamente en estos procesos al interior del instituto. 

El Dr. Lazcano Ponce aseguró que “vivimos en un contexto social patriarcal, ancestral, donde ha prevalecido la centralidad del hombre. Este sistema patriarcal ha establecido desde el origen de la humanidad una sociedad asimétrica y jerárquica, organizada en función del sexo, lo cual a la fecha produce el androcentrismo”. Y agregó, “la fuerza de esta centralidad se expresa en las ventajas sociales que da a los varones el hecho de pertenecer al género masculino, estén o no ellos en una posición dominante, lo cual se vincula con otras dimensiones como la clase social, la etnia o el estatus económico entre otros”. Al respecto, el Dr. Lazcano reconoció que las investigadoras del INSP han desarrollado “diferentes constructos teóricos de los que se desprenden elementos de análisis para hacer visibles las condiciones de subordinación femenina y han diseñado también, herramientas metodológicas para transformar las relaciones sociales en unas más igualitarias”. 

El director general del INSP finalizó su intervención considerando que en los próximos 25 años, las nuevas leyes y la normatividad deberán garantizar que todas las mujeres estén protegidas contra “el hostigamiento, el acoso, la violación, los diferentes tipos de violencia y el feminicidio”; y que para dar lugar a un verdadero sistema de paridad, “los hombres de las presentes generaciones y las estructuras organizacionales que nos dan ventaja, se tienen que cambiar radicalmente, no más allá de los próximos 20 años”. “Vamos a estar –dijo– muy atentos desde la dirección para que efectivamente todas las acciones que implementemos nos orienten a que el INSP, en comparación con su pares, se acredite y busquemos la igualdad entre las mujeres y los hombres en nuestra estructura organizacional”. 

En su turno, el Dr. Bernardo Hernández, director de las Escuela de Salud Pública de México (ESPM) reconoció a este seminario como un evento muy importante para el instituto y para la ESPM afirmando que estas iniciativas son muy importantes para tratar de dar organización a los distintos movimientos y poder abrir espacios, es algo “que adentro de la escuela nos interesa muchísimo. Y no sólo la integración de nuestros programas académicos sino también en la interacción día a día, en las clases, en todo el trabajo con las estudiantes”.

Así, el director de la ESPM reconoció con una felicitación todo el trabajo hecho y  el trabajo que se hace, día con día, por abrir un espacio para las mujeres y –dijo–“por lograr respeto e igualdad en nuestra interacción, pero también como un reconocimiento de lo que tenemos que seguir haciendo”.

A su vez, y poniendo en contexto el seminario, la Dra. Valdez señaló que las mujeres estudiantes se quejaban en el buzón que se instaló en el INSP, del uso de  un lenguaje sexista en las aulas y que por ello se decidió su abordaje como tópico para este seminario; y que, dado que la agenda pública con perspectiva de género se va construyendo colectiva y colaborativamente, se hace necesario contar cada vez con “más compañeros sensibles y más compañeros que estén dispuestos a impulsar una agenda colaborativa. Cuando logremos eso aquí adentro y allá fuera podremos haber incidido en políticas públicas”. 

La investigadora del INSP afirmó que sin hacer agenda pública conjunta no se puede transitar hacia la incidencia, la cual “tiene que ser en colaboración con quiénes están afuera también y acá adentro compartiendo en este caso nuestra vida institucional”. Por ello reconoció la relevancia de la presencia de las autoridades en el seminario. La Dra. Valdez  aseguró que en el INSP existe un “techo de cristal” para las mujeres, como existe en la academia y en el Sistema Nacional de Investigadores, donde las mujeres no pueden tener los mismos reconocimientos que los hombres. También puso como ejemplo a los premios Nobel donde destaca la escasa cantidad de mujeres reconocidas con ese nombramiento, así como la poca cantidad de mujeres SNI nivel III, a pesar de contar con las credenciales como investigadoras. Por todo ello, concluyó su participación con un anhelo: “esperemos algún día tener una directora en este instituto. Eso, por ejemplo, sería una maravilla.” 

Fue Roberto Andrés Guadarrama Barretero, Psicólogo, Sexólogo y Educador para La Paz, especialista en temas de género, quien invitó a reflexionar sobre el lenguaje incluyente y no sexista desde el respeto y el reconocimiento al Día Internacional de la Mujer; y al movimiento feminista con el que dijo comulgar y haber aprendido mucho de él, como “haber aprendido a cuestionar mis privilegios”.

El conferencista dijo que hay mucha gente que en vez de reflexionar sobre el lenguaje incluyente y no sexista además de burlarse lo minimiza y piensa que es innecesario puesto que la mujer ya está incluida en el lenguaje genérico masculino. Por ello, enfatizó, el lenguaje incluyente y no sexista no es un lenguaje, es una posición política para hacer notar a las mujeres, es una pauta de comunicación dirigida sobre todo al discurso público y, como es natural, en un mundo machista y patriarcal emergen en su contra fuerzas conservadoras.

Guadarrama Barreto recordó que la Real Academia de la Lengua Española, institución que rige los usos de nuestra lengua desde un orden impuesto y masculino, nació en 1713-1714. Más de 200 años después, apenas en 1978, incluyó a la primera mujer; y hoy son apenas 6 o 7 mujeres quienes la conforman, en comparación con más de 35 hombres.

El lenguaje incluyente y no sexista tiene el objetivo de incomodar y molestar al machismo y al patriarcado, pues así como la sociedad es racista, clasista y heterosexista, la lengua también lo es, “el lenguaje es una adquisición cultural, no es un hecho biológico y natural, y lo que es cultura es añadido, por tanto, es modificable por la voluntad de las personas. Podemos alterarlo ya que al retocar la lengua se retoca la mentalidad; y retocando la mentalidad se retoca la conducta” (Teresa Meana Suárez, activista feminista española).

Guadarrama Barreto señaló que a los defensores de la gramática y el lenguaje les preocupa el uso de “los y las”, de las dobles y triples formas, les preocupa la repetición, pero no la reflexión, pues el machismo no reconoce, más allá de la gramática, la importancia del lenguaje incluyente y no sexista. Por tanto, dijo, para valorar el lenguaje incluyente y no sexista, se requiere de “una mirada más allá de la gramática, desde la perspectiva de género, la filosofía y un toque de poesía”. Es decir, se requiere de una visión con apertura, creatividad y disposición. No es una cuestión de gramática sino de respeto, pues el lenguaje que no incluye, invisibiliza, y las estrategias del lenguaje androcéntrico como los duales aparentes, el vacío léxico, la negación a nombrar en femenino las profesiones y oficios o el salto semántico son estrategias empleadas para invisibilizar a las mujeres.

Para valorar el empleo del lenguaje incluyente y no sexista se requiere de una visión con perspectiva de género, con respeto, con reconocimiento de la diversidad sexual y con una postura política como actividad destinada a modificar las actuales relaciones de poder.

Guadarrama Barreto concluyó su participación con la lectura del poema “Las personas curvas”, de Jesús Lizano, para argumentar porqué para él el lenguaje incluyente y no sexista es curvo.

 

Si quieres más detalles sobre este seminario, puedes consultar la grabación aquí: