El caso de la exposición a plomo en México

  • La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera al plomo como uno de los diez tóxicos de mayor preocupación a nivel mundial.
  • Se reportan 9 millones de muertes al año en el mundo por factores de riesgo ambientales y 900 mil muertes prematuras, en 2019, por exposición a plomo. Alrededor de 800 millones de niños en el mundo presentan intoxicación por plomo.
  • En México el 22% de los niños y las niñas, de 1 a 4 años, tuvieron niveles de intoxicación, es decir 1 de cada 5 niñas y niños que viven en zonas de menos de 100,000 habitantes presentaron niveles de plomo en sangre.
  • Entre los principales efectos, el plomo es un neurotóxico que inhibe el desarrollo de la inteligencia.

Formando parte del ciclo de videoconferencias de la Escuela de Salud Pública de México (ESPM), el 19 de septiembre, la Dra. Martha María Téllez-Rojo Solís, investigadora del Centro de Investigación en Nutrición y Salud (CINyS) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), dictó la conferencia “De la investigación a la política pública: el caso de la exposición a plomo en México”, con el objetivo de ejemplificar la transición de la investigación a partir de la identificación y articulación de un problema  de salud pública a un tema de política pública.

Siendo portavoz de lo que calificó como un “enorme esfuerzo colectivo”, la Dra. Mara Téllez se propuso narrar en forma de “novela o crónica –dijo– la historia resumida de la exposición a plomo en México”. Para ello, hizo saber que el grupo de investigación en salud ambiental del INSP ha tratado de construir para avanzar, un marco conceptual consistente en la generación de proyectos de investigación a partir de: a) la identificación y articulación de un problema, b) generar datos e información relevantes orientados al desarrollo de un programa o una política según sea el caso, c) articular esfuerzos y consultas, d) construir en colectivo el desarrollo de una propuesta, e) orientar esfuerzos hacia la toma de decisiones, f) implementación y  g) evaluación.  La Dra. Téllez mencionó que este marco conceptual es una adaptación del propuesto por  la Dra. Meredith Edwards en Social Science Research and Public Policy.(1)

Sobre el caso de la exposición e intoxicación por plomo, hizo saber que la Comisión Lancet en Contaminación y Salud a nivel mundial, reporta 9 millones de muertes al año en el mundo por factores de riesgo ambientales y 900 mil muertes prematuras, en 2019, por exposición a plomo. Asimismo, que 800 millones de niños en el mundo presentan intoxicación por plomo y la distribución de esta población de menores afectados es del 80 o 90 por ciento en países en desarrollo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera al plomo (Pb) como uno de los diez tóxicos de mayor preocupación a nivel mundial debido a la existencia de ciclos de exposición heredados que se perpetúan, pero también de la convergencia de nuevas fuentes de exposición a plomo debidos a los acelerados procesos industriales.

Debido a la exposición a este metal, el plomo entra al torrente sanguíneo y se deposita en los órganos, teniendo afinidad con el sistema nervioso, es decir, se trata de un neurotóxico que inhibe el desarrollo de la inteligencia. Las partículas de plomo, en muchas ocasiones llegan al cuerpo humano desde la etapa prenatal siendo la madre la única fuente de exposición. El plomo rompe la barrera fetoplacentaria y llega al torrente sanguíneo de los bebés, quienes al nacer tiene niveles de intoxicación. Micras de plomo llegan al ambiente intrauterino en la etapa de desarrollo de órganos y comienzan a desarrollar su potencial tóxico. Por esta razón, la exposición a largo plazo tendrá efectos en la vida adulta de las niñas y niños, así como de las madres embarazadas.

La Dra. Téllez relató que en 1801 el Dr. Manuel Antonio Valdez publicó los primero casos de intoxicación de plomo, sospechando del barniz abrillantador de los colores de los juguetes que las niñas y niños chupaban. Más tarde, en 1878, el Dr. G. Ruiz de Sandoval denunció el envenenamiento lento en niños de Oaxaca debido a la loza artesanal vidriada y pidió su prohibición. Desde entonces, la intoxicación por plomo ha sido un tema muy documentado por diversos grupos de investigación en múltiples publicaciones, pero debido a la perspectiva en investigación en poblaciones acotadas no se había dado el paso a transitar hacia un programa nacional. Ya que aunque han habido esfuerzos importantes –como el hecho de que en 1997 México se declara libre de plomo en las gasolinas, evitando por completo un factor de exposición, con lo cual bajó el nivel de plomo en sangre– el problema ha seguido estable por la existencia del uso de loza de barro vidriado como fuente de exposición “basal”. Ante esto el FONART ha hecho esfuerzos trabajando con alfareros para usar barro vidriado sin plomo, sin embargo, estos esfuerzos no han logrado tener un impacto visible a nivel poblacional. Por esta razón –dijo la Dra. Téllez–, su grupo de trabajo “tomó la decisión de pasar a generar información relevante que fuese útil para los tomadores de decisión para poder enfocar el problema de una manera distinta”. Así, en 2015 se elaboró un estudio a nivel poblacional para medir plomo en sangre (PbS) en recién nacidos en el estado de Morelos. El estudio se llevó a cabo con 300 recién nacidos en hospitales públicos para identificar la prevalencia de intoxicación. De acuerdo a la norma vigente NOM-199-SSA1-2000, el nivel criterio de plomo en sangre es de 5 microgramos por decilitro.

El estudio mostró que de cada 100 recién nacidos, 15 nacen con intoxicación por plomo. Por medio del estudio también se pudo observar que a mayor marginación la prevalencia de intoxicación se incrementa con un 22% de niñas y niños intoxicados, es decir 1 de cada 5 niñas y niños con nivel de plomo en sangre en cordón umbilical al nacimiento, contra 10.18% de niños con muy baja marginación. En las niñas y niños de baja marginación la prevalencia fue del 15%.

Desde el inicio del estudio se tuvo sospecha del barro artesanal vidriado a baja temperatura como fuente de exposición. El estudio arrojó que 57% de las mujeres gestantes utilizaron barro vidriado durante el embarazo al cocinar, guardar alimentos y/o servirlos. Por lo tanto, a mayor frecuencia de uso de barro vidriado por parte de las madres, se encontró mayor concentración de plomo en cordón umbilical. Cabe destacar que el 70% de las mujeres estudiadas lo usó diariamente.

Ese estudio estatal abrió la puerta para que se incorporara el componente de plomo en la ENSANUT 2018, financiado por la Secretaría de Salud en colaboración con INEGI, a fin de medir la prevalencia de intoxicación por plomo a nivel nacional. Específicamente a través de medir la concentración de plomo en sangre en poblaciones menores a 100,000 habitantes con representatividad regional. Por restricción presupuestal la medición solo se realizó en poblaciones  de 1 a 4  años de edad. Los resultados mostraron que el 22% de los niños y niñas del país tuvieron niveles de intoxicación, es decir 1 de cada 5 niñas y niños que viven en zonas de menos de 100,000 habitantes presentaban niveles de plomo en sangre.

Gracias a la ENSANUT se pudo ver el problema regionalizado a nivel nacional. La prevalencia más elevada es en la región sur, con 25.9%;  luego en la zona centro, con 20.7%; y en la zona norte, es un problema mucho más bajo con prevalencia de 9.8%. Si bien la  diferencia entre regiones es significativa, lo cierto es que más de 1 millón de niños y niñas que viven en poblaciones de menos de 100,000 habitantes están intoxicados por plomo en sangre. Al año siguiente, en la ENSANUT 2018-19 ya se pudo estimar la prevalencia de intoxicación por plomo en la población infantil en México, en los 32 estados de la república mexicana, clasificar entidades de acuerdo a la magnitud de la intoxicación e identificar contribución de la LBVPb como fuente de exposición.

De acuerdo a los resultados obtenidos por medio de la ENSANUT 2018-19 , casi 1 de cada 5 niños y niñas de 1 a 4 años de nuestro país tiene niveles de intoxicación (17.4%). 1.4 millones de niños y niñas de todo el país tiene niveles de intoxicación con una distribución de prevalencia muy heterogénea: Puebla es el estado más afectado, con una prevalencia de 47% de intoxicación; seguida por San Luís Potosí, con 37.4%; Tlaxcala, con 35.6%; el Estado de México, con 30.2%; Oaxaca 29.4%; y Ciudad de México, con 28.3%; en contraste  con estados como Sinaloa donde no existe prevalencia (0%); Tabasco con 0.8% o Yucatán, con apenas 3.3%.

Con estos resultados, en 2019 el Consejo de Salubridad General (CSG) aprobó el Programa de acción de aplicación inmediata para el control de la exposición a plomo en México en 5 paquetes, a saber: 1) revisión de paquete normativo; 2) manejo clínico de los casos; 3) cambio de fuentes de exposición generalizada; 4) vigilancia epidemiológica de plomo en sangre; y 5) promoción de la salud. Esto, proponiendo el diseño del sistema de vigilancia epidemiológica con un monitoreo individualizado de niños de menos de 6 años y mujeres embarazadas en entidades que estén por arriba de la prevalencia media nacional de acuerdo con la ENSANUT y trabajar para eliminar la fuente de exposición.

Más tarde, la ENSANUT 2022 permitió reconocer otras  fuentes de exposición, tales como la exposición ambiental y la exposición para-ocupacional, reafirmando al uso de loza de barro vidriado como fuente principal de exposición a plomo en México.

A manera de conclusiones, la Dra. Mara Téllez enfatizó en que la ENSANUT es la única estrategia de biomonitoreo para plomo en México. Asimismo, que la prevalencia nacional de intoxicación permaneció estable en 2022, con un 16.8%, siendo el resultado esperado porque no se ha implementado un programa nacional de control y prevención. Se confirma también que el uso de loza de barro vidriado con plomo es la principal causa de exposición a plomo en la población general.

Como recomendaciones, la investigadora del INSP, consideró urgente implementar acciones para el control y prevención de la exposición al plomo por el uso de loza de barro vidriado con plomo, continuar con el monitoreo poblacional de los niveles de plomo en sangre que se ha llevado a cabo desde 2018 y continuar con la implementación del Programa de Acción de Aplicación Inmediata para el Control de la Exposición a Plomo en México.

Al concluir su conferencia, la Dra. Téllez dijo que “la política pública está donde se encuentran la evidencia científica, la infraestructura social y la voluntad política”.

Por: Mtro. Ernesto Arana Bustamante, Unidad de Divulgación y Cultura ESPM


Para consultar la grabación de esta videoconferencia, puede acceder al siguiente enlace: https://www.facebook.com/espm.insp/videos/1889716584756892

 


 

Referencias:

 

(1) Disponible en línea en: https://socialsciences.org.au/wp-content/uploads/2013/11/2004_No2_Social_science_research.pdf