Se presentó el libro que recorre cien años de la ESPM: un siglo de liderazgo, tradición y enseñanza

En el marco de la 7ª° Feria del Libro de Ciencias de la Salud, el viernes 26 de agosto de 2022 en el Palacio de la Escuela de Medicina se llevó a cabo la presentación del libro Cien años  de la Escuela de Salud Pública de México, 1922-2022. Los editores son Juan Rivera, Eduardo Lazcano, Héctor Gómez y Carlos Oropeza.

El libro describe diversas etapas de la salud pública en México a través del tiempo, en forma paralela con la Escuela de Salud Pública de México, instalándola como una de las mejores instituciones en su ámbito, tanto en la región como en Iberoamérica, tal como destacó el Dr. Eduardo Lazcano Ponce, director general del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). “Su enorme tradición, liderazgo y la simple denominación ‘Escuela de Salud Pública de México’ –dijo el Dr. Lazcano Ponce– nos brinda una enorme ventaja competitiva en relación con otras escuelas o propuestas de enseñanza en el área de la salud pública”. 

Respecto al centenario de la Escuela de Salud Pública de México (ESPM), la Dra. Oliva López Arellano, Secretaria de Salud de la Ciudad de México, refirió que “hoy nos encontramos en este recinto salubristas de distintas generaciones, diversas profesiones y perspectivas múltiples en torno a la salud y a las formas de promoverla y garantizarla. Estamos reunidos en la presentación de un libro que condensa lo que ha sido en la Escuela de Salud Pública de México a lo largo de cien años de existencia y celebra este espacio de formación académica fundamental para la vida de muchos de nosotros”. 

Sostuvo también que la ESPM ha permitido un encuentro de profesionalización, capacitación, especialización en el desarrollo de investigación y generación de propuestas de política pública para garantizar el derecho a su protección e incidir sobre los determinantes sociales que producen sufrimientos, enfermedad, discapacidades y muerte desde su fundación el 23 de marzo de 1922. A lo largo de los distintos momentos de su desarrollo, la institución ha contribuido a la capacidad de entender los contextos históricos y favorecer al bienestar de la población en diversas dinámicas políticas, económicas y sociales. “Las comunidades que le dan vida, sostén y permanencia han formado generaciones de profesionales de salud pública con alta calidad técnica y científica, profundo sentido ético y sensibilidad social”, dijo la Dra. López Arellano. De igual manera,  especificó que en los capítulos del presente libro se detalla, con profundo rigor, los contextos sociopolíticos y sanitarios, los desafíos epidemiológicos y formativos a los que ha respondido la ESPM.

La cantidad de datos que contiene y lo detallado de la información presentada, hacen que se trate de un libro denso, según precisó la Dra. López Arellano, pero aclaró que al mismo tiempo es un libro disfrutable y didáctico, pues hay bellas fotografías, líneas de tiempo, tablas que sintetizan períodos y transformaciones sociales y económicas del país, datos estadísticos y epidemiológicos resumidos, síntesis de modificaciones académicas pedagógicas y de prioridades de formación de los profesionales de la salud pública. “Es un libro, celebración, homenaje y legado –dijo-. Celebro su publicación, felicito a los editores, autores y a la comunidad de salubristas que con su quehacer cotidiano y su compromiso con la población han dado vida a la historia narrada a detalle en esta entrañable obra”.

La Escuela de Salud Pública como ‘alma mater’

Laura Magaña Valladares, ex Secretaria Académica del Instituto Nacional de Salud Pública , se refirió al concepto de origen latino alma mater, que literalmente significa madre nutricia, y que metafóricamente alude a la función de las instituciones educativas de diseñar espacios y experiencias para que el ser humano se nutra y alcance su pleno desarrollo. Es la función que por cien años “nuestra querida Escuela de Salud Pública de México ha cumplido diligentemente. Las páginas del libro que hoy nos congregan constituyen un registro pormenorizado de la compleja tarea”, sostuvo la Dra. Magaña.

Asimismo,  rememoró que en 1922 se aprobó la fundación de la Escuela de salubridad de México, cuyo acto de enorme relevancia abrió las puertas para integrar la salud y la educación. “El Departamento de Salubridad Pública y la Secretaría de Educación Pública emprendieron un trabajo colectivo con la finalidad de difundir la cultura de la prevención de la salud en México al proceso de enseñanza de aprendizaje que la escuela cultivó en sus aulas desde el inicio”, dijo la Dra. Magaña Valladares, quien también hizo hincapié en el enfoque en los servicios de salud y la prevención de enfermedades en beneficio de la población para atender no sólo a los centros urbanos sino también a las poblaciones rurales. La Escuela de Salud Pública de México ha sido una institución dinámica y desde su creación y hasta la década de los 50’s ostentó el nombre de la Escuela de Salubridad de Higiene de México, siendo uno de sus empeños más importantes la formación de médicos, sanitarios, enfermeros y enfermeras y trabajadores y trabajadoras sociales. 

La Dra. Magaña Valladares refirió que mientras leía el libro se encontró con la frase de Pablo Freire: “la educación no cambia al mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo”. Es cierto lo que el connotado pedagogo y filósofo brasileño sostenía –dijo la Dra. Magaña , la escuela durante su primer centenario de vida ha formado aproximadamente 18,000 egresadas y egresados quienes conformarán la nueva generación de líderes en el campo de la salud pública y encabecen las transformaciones que el sector exige. Al terminar su comentario en el que destacó la importancia de la vinculación y la transformación de la ESPM, agradeció por “la joya que nos han presentado, pues es un libro para seguir aprendiendo de la Escuela Salud Pública de México”. 

Por su parte, el Dr. Germán Fajardo Dolci, Director de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, comenzó su ponencia recordando los inicios del edificio sede de esta presentación de libro: “Este palacio fue creado para la Inquisición en el año de 1736 y se termina la construcción hasta 1820. La Inquisición tiene varios intentos de conclusión de este edificio y durante treinta años queda abandonado. Por algún motivo nadie lo quería usar, ni comprar. Son los profesores, que en ese momento en que el gobierno les debía sus salarios, quienes acuden con el gobierno y le dicen ‘no nos pagues, queremos el antiguo Palacio de la Inquisición para que sea la Escuela de Medicina’”, recordó el Dr. Fajardo Dolci, quien hizo un repaso en el tiempo del recinto de estudio. Entre otras cosas, hizo alusión también a que hoy día está remodelado “como queremos”, pero sin dejar de mencionar la época oscura de la Inquisición. Contrapuso, entonces, la libertad que los convoca al gozar de educación, investigación, luz, historia y “un futuro brillante”.

Un repaso por los hitos y retos epidemiológicos

De los cambios complejos e irregulares en ritmo y dirección en los campos demográfico, epidemiológico e institucional, se encargó Ana María Carrillo, Licenciada en Sociología y Doctora en Historia, quien elaboró los capítulos 2 y 3 y quien, además,  se congratuló de la invitación a investigar y contar “esta historia fascinante en la que tuve la colaboración de las historiadoras Guadalupe Muro, Marisol Hernández y Andrea Vicente”. 

Respecto a la investigación, refirió que no fue sencillo ya que se llevó a cabo en medio de la pandemia de covid-19, cuando  todavía no había vacunas y estaban cerrados tanto los archivos como las bibliotecas. “Sin embargo –dijo– hubo la posibilidad de que nos abrieran las puertas del Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, de la Fototeca del Instituto Nacional de Antropología e Historia, también el archivo de la Fundación Bustamante Vasconcelos de Oaxaca y pues, desde luego, el Fondo Reservado de la biblioteca del propio Instituto Nacional de Salud Pública”. 

En el resultado de un libro muchas personas suelen permanecer anónimas, aún así, Ana María Carrillo, destacó la coordinación y edición del libro, nombrando a Carlos Oropeza (quien se ocupó de dirigir esta edición) Francisco Reveles, Ana Tlapale, Mónica Fuentes, Dominica Ocampo, Raquel Reyes, Jessica Gallegos, María Elena Martínez, Iván Alanís y Juan Pablo Luna”. 

La Dra. Carrillo recalcó en su ponencia que el proyecto sanitario fue un pilar revolucionario de la construcción del Estado. El 23 de marzo de 1922 se fundó la Escuela de Salubridad para preparar a los médicos que ocupaban los cargos en las fronteras, en los puertos marítimos y, más tarde, en los estados; así como a los técnicos que desempeñaban algún cargo en las dependencias del Departamento de Salubridad Pública. “Cuando la Escuela de Salubridad fue creada –recordó la Dra.Carrillo-, el país empezaba apenas a recobrarse de la pandemia de influenza de 1918 – 1919, la cual causó más muertos que la Revolución Mexicana, y cumplió cien años en medio de la pandemia de Covid-19 que en México como en tantos países ha producido y sigue produciendo una de las mayores crisis económicas y sociales de los últimos tiempos”. 

Haciendo un repaso por los hitos y desafíos epidemiológicos de estos cien años, la Ana María Carrillo anunció que un nuevo siglo ha comenzado, y que “ojalá su historia pueda seguir siendo contada por nosotros y por otros; y que la Escuela de Salud Pública de México contribuya a que los mexicanos tengan salud en el sentido que la entienden los pueblos indígenas latinoamericanos: no sólo como ausencia de enfermedad sino como ese andar bien por la vida”.

Por: Redacción ESPM