Comprendiendo el rol de la necesidad para promover la actividad física en México

Formando parte del ciclo de videoconferencias ESPM 2023, el 28 de junio la Dra. Alejandra Jáuregui de la Mota, Jefa del Departamento de Actividad Física y Estilos de Vida Saludables del Centro de Investigación en Nutrición y Salud (CINyS) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), impartió la conferencia intitulada: “Cuando ser activo es la única opción: comprendiendo el rol de la necesidad para promover la actividad física en México”; en la cual presentó un nuevo modelo conceptual –derivado de un trabajo colaborativo de estudio que data de, al menos, 15 años entre países de ingresos medios y bajos de América Latina y la India– donde se abordan los determinantes de los patrones de actividad física.

La Dra. Jáuregui de la Mota refirió como antecedentes el hecho de que a nivel global 1 de 4 adultos son físicamente inactivos y que las diferencias entre países en el cumplimiento de las recomendaciones de actividad física son considerables, con prevalencias que van desde el 90 % en algunos casos, a otros menores del 50 %. Los niveles son ligeramente mayores en países de ingresos altos, aunque no hay grandes diferencias con países medios y bajos. El panorama global es más o menos homogéneo. Así, la investigadora del CINyS-INSP contextualizó este nuevo modelo conceptual donde se abordan los determinantes de los patrones de actividad física a nivel global, señalando que ha existido una transición en el comportamiento de la actividad física dado que en la historia reciente se puede observar que los trabajos y el transporte implicaban mucho esfuerzo físico y que los avances tecnológicos han contribuido a disminuirlo. Según la teoría de la transición, los países de ingresos altos han concluido ya esta transición y los de ingresos medios se encuentran en ella. El abordaje histórico del campo de investigación en actividad física y la salud ha hecho, hasta hace poco, énfasis en la elección individual.

En su presentación, la Dra. Jáuregui también refirió la paradoja de si toda la actividad física tiene beneficios para la salud y el bienestar, aclarando que cada vez existe mayor evidencia de que las largas jornadas físicas ocupacionales no resultan beneficiosa para la salud y pueden tener un desenlace negativo incluso para salud mental. Aunque no hay conclusiones contundentes, la evidencia existente hace reflexionar sobre qué tan importante es la actividad física para el cumplimiento de las recomendaciones. Asimismo, señaló la importancia que –como epidemiólogos e investigadores en salud pública– tiene el observar y tener en cuenta el principio rector de no dañar, en el diseño de las intervenciones que se proponen.

La evidencia científica que se ha generado en este campo proviene de los países de ingresos altos y los protocolos que rigen provienen de un modelo que se basa en la elección del individuo, cuando a menudo ser activo es la única opción real y frecuentemente ocurre en condiciones poco dignas e inseguras. Esto, afirmó la investigadora, lleva a cuestionarnos si un estilo de vida activo es siempre la opción saludable.

El nuevo modelo propone que la actividad física no es igual para todas las personas y que se deben identificar las motivaciones detrás de los niveles de actividad física de las poblaciones. Así, podemos observar que la cantidad de automóviles per cápita de los países de ingreso medios y bajos es menor en comparación con los países de ingreso altos. El porcentaje de la fuerza laboral que implica actividad física más vigorosa es mayor en los países de ingresos bajos. Por ello es importante la definición de modelos de actividad física por necesidad o por elección. La propuesta partiría, entonces, de cómo hacer la investigación y promoción de actividad física basados en el principio de no dañar y respetando la cultura y los valores locales. 

De acuerdo a un estudio realizado a 4,500 personas con estimaciones ponderadas con ponderadores post-estratificación en México, el 74.6 % de los hombres y el 69.7 % de las mujeres estudiadas cumplen con las recomendaciones de actividad física. El 42.6% de los hombres y el 35.9 % de las mujeres lo cumple mediante la actividad de transporte; el 55.2 % de los hombres y 45.1 % mujeres lo cumple mediante la actividad física recreativa; y el 26.8 % de los hombres y 23.1% de las mujeres mediante actividad física ocupacional en el trabajo. El grupo poblacional de entre 25 a 30 años alcanza el nivel más alto con un 76 % de las recomendaciones de actividad física.

El cumplimiento de las recomendaciones no es igual para todas las personas. Las personas con mayores ingreso cumplen más con las recomendaciones que las que tienen menos ingresos. Las personas con un nivel educativo más bajo, cumplen más con las recomendaciones de actividad física de transporte y ocupacional, mientras que las personas de nivel socioeconómico más alto cumplen a través de la actividad física recreativa. En México coexisten ambos modelos: las personas que cumplen con las recomendaciones de actividad física por elección y las que lo hacen por necesidad.

La actividad física se realiza mayormente en espacios públicos 78.6 % (parques y calles) y 35.4 % en espacios privados (gimnasios, instalaciones deportivas). Las personas con mayor nivel educativo utilizan más los espacios públicos privados para realizar actividad física (gimnasios, instalaciones deportivas) y las personas con menor nivel educativo la realizan en el hogar y en las canchas al aire libre (las canchas al aire libre son el espacio que se observan más frecuentemente en áreas marginadas). En tanto, las personas de mayores ingresos utilizan espacios privados (gimnasios), instalaciones deportivas y utilizan más las ciclovías (implementadas casi exclusivamente en las colonias de nivel socioeconómico más alto).

Casos de estudio 

En un estudio utilizando datos de México e India se observó qué porcentaje de la población cumplía con las recomendaciones de actividad física a través de diferentes dominios como el transporte o la actividad física recreativa. El estudio fue representativos de 15 diferentes ciudades, estudiando comparativamente a Cuernavaca, en México, y Chennai, en la India. 

En Cuernavaca el 47 % de la población cumplía las recomendaciones de actividad física mediante la actividad de transporte; y solamente el 14 % con actividad física recreativa (caminata, carrera o cualquier otra actividad). De las 15 ciudades estudiadas, Cuernavaca fue ciudad que reportó mayores índices de actividad física relacionada al transporte y la más baja en actividad física de tipo recreativo.

Un factor más asociado con variables de cumplimiento como tener o no un vehículo motorizado representó menos posibilidades de utilizar transporte público, transporte activo y menos posibilidades de cumplir con recomendación de actividad física.  Por otro lado el tener un vehículo motorizado no se asoció con la recomendación de acumular el menos 150 minutos por semana de actividad física.

En otro estudio realizado en Colombia y coordinado por la Dra. Olga Lucía Sarmiento, de la Universidad de los Andes, estuvo orientado a medir el efecto de la implementación del transporte supendido TransMiCable, en los niveles de actividad física de las personas que viven en asentamientos informales en Ciudad Bolívar. La población de estudio se caracterizó por sus altos niveles de pobreza y un alto uso de transporte publico (91 %). El 12 % era usuaria de TransMiCable de manera regular.

Aunque las calles de la zona estudiada podrían considerarse con alto índice de “caminabilidad” según los criterios desarrollado en países de ingresos altos –dada su alta densidad de intersecciones y alta densidad poblacional– las calles no son “caminables” si se analizan a micro-escala, pues sus características son deficientes.

La medición de actividad física se hizo a partir de los cambios de intensidad moderada a vigorosa y fueron medidos con acelerómetros. Como resultado no hubo cambios en los niveles de actividad física antes y después, ni entre el grupo de intervención y  el de control. No se observaron cambios ni efectos por la introducción del transporte supendido TransMiCable.

También se realizó una medición de cambios por auto-reporte utilizando un cuestionario. No se encontraron diferencias significativas entre el grupo de intervención y el grupo de control. Ni se disminuyeron los niveles de actividad física como se esperaba que disminuyeran, pero la calidad de vida, particularmente la de las mujeres, aumentó al mejorar las condiciones del transporte.

Reflexiones finales

Como reflexiones finales, la Dra. Alejandra Jáuregui señaló que se hace necesario desarrollar medidas que evalúen y den seguimiento a la actividad física tanto por necesidad como por elección (vigilancia), porque actualmente la ENSANUT no permite saber si la actividad física se realiza por necesidad o por elección.

Observando los contexto en donde el modelo predominante es el de actividad física por necesidad, se podría considerar que este modelo aplicaría para áreas periurbanas marginadas y familias de ingresos bajos.

Asimismo, existe la necesidad de mejorar las condiciones en donde está ocurriendo la actividad física y dar más opciones para la actividad física recreativa. Y Se debe acompañar con promoción de actividad física recreativa, desde una perspectiva ética y relevante para el contexto, reflexionando sobre si lo que se sabe que funciona en otros contextos va a funcionar en poblaciones específicas.

Para conocer más detalles sobre el tema, consulta la grabación de la presente videoconferencia, disponible en línea en: https://www.facebook.com/espm.insp/videos/178558798310151

Por: Mtro. Ernesto Arana Bustamante