Ni los colores llamativos, ni sus nuevos sabores hacen menos dañinos a los cigarros electrónicos o vapeadores

En el marco del Día mundial sin tabaco, celebrado a nivel mundial el 31 de mayo, los investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Dra. Edna Arillo Santillán, del Departamento de Prevención y Control de Tabaquismo del Centro de Investigación en Salud Poblacional (CISP-INSP) y el Mtro. Inti Barrientos Gutiérrez del Departamento de Investigación sobre tabaco del Centro de Investigación en Evaluación y Encuestas (CIEE-INSP) expusieron ante distintos medios de comunicación su opinión experta sobre las repercusiones que para la salud poblacional puede tener el decreto que prohíbe los cigarros electrónicos y vaporizadores, así como la circulación y comercialización de los llamados sistemas electrónicos de administración de nicotina que fue firmado por el presidente de México, Lic. Andrés  Manuel López Obrador. 

La Dra. Edna Arillo recordó que el INSP tiene como uno de sus objetivos hacer estudios a nivel poblacional, encuestas nacionales y proyectos de investigación que generen información epidemiológica, datos y evidencia científica útil para que los gobiernos en todos los niveles, así como los diversos sectores de la sociedad civil, puedan tomar decisiones informadas sobre la salud de la población. La Dra. Arillo señaló que en el caso específico del tabaquismo, las encuestas nacionales permiten obtener información de primera mano con el fin de  definir características de consumidores y patrones de consumo,  poniendo como ejemplo que por medio de la última Encuesta Nacional de Salud, 2020, hoy podemos saber que 268,131 adolescentes, de entre 12 a 17 años, actualmente son consumidores regulares de cigarros electrónicos y vaporizadores y tienen una prevalencia de consumo de 1.2%, que es la misma prevalencia de los adultos mayores de 18 años. Llama la atención que el consumo sea el mismo en adolescentes y adultos siendo que en México el cigarro electrónico es un producto prohibido, por tanto, la prevalencia del consumo debería ser de cero. “Esto es muy interesante a la luz de México –resaltó–, en otros países como EEUU donde no hay esta prohibición, las prevalencias son altísimas con todos los daños que ya sabemos”.

Por su parte, el Mtro. Inti Barrientos respecto a la prohibición de cigarros electrónicos y vapeadores, señaló que si bien este hecho se plantea como algo nuevo, en realidad el cigarro electrónico está prohibido en México desde 2012, cuando COFEPRIS hace una aclaración por medio de una nota en la que explica que a partir de la interpretación que hace de la fracción VI, del artículo 16, de la Ley General para el Control del Tabaco está prohibido el consumo, venta y distribución de este tipo de productos, y que mediante el reciente decreto presidencial lo que se reafirma es la decisión del Estado de mantenerlos prohibidos. No obstante esta prohibición, el consumo de este tipo de productos ha crecido en nuestro país, donde actualmente hay más de 1 millón de consumidores adultos y cerca de 300 mil consumidores adolescentes y jóvenes. El Mtro. Barrientos llamó la atención sobre el hecho de que a pesar de que estos productos se promocionan como productos para dejar de fumar, la mayoría de las personas en México están siendo usuarios duales, es decir, fuman cigarros convencionales y también consumen este tipo de productos. Asimismo, explicó que generalmente lo que hacen es fumar como lo hacían anteriormente y donde está prohibido fumar (por ser espacios libres de humo de tabaco) utilizan este tipo de productos electrónicos generando un daño aumentado, ya que no solo no están disminuyendo sino que están aumentando su consumo de nicotina. Inti Barrientos también alertó sobre el hecho de que estos productos sirven para “reclutar a nuevos consumidores en la adicción a la nicotina, pues son fáciles de conseguir, fáciles de consumir, tienen sabores ‘agradables’, así como una gran cantidad de nicotina que engancha a las personas en su consumo”, especialmente a la población adolescentes, provocando que este mercado lejos de disminuir vaya a la alza.

Por esta razón, la Dra. Arillo lanzó un mensaje muy importante para la comunidad, específicamente para las y los jóvenes y adolescentes, recordándoles que su cerebro está en formación hasta los 25 años, y en este periodo es más susceptible a generar dependencia a la nicotina, volviéndolos más adictos en el futuro. Además, destacó el hecho de que la nicotina hace mucho más lento el desarrollo cerebral de los adolescentes, afecta la memoria, la concentración, el aprendizaje, el autocontrol, la atención y el estado de ánimo, todos ellos fundamentales para obtener un buen desempeño escolar. “El vapeo –enfatizó la Dra. Arillo– es la puerta de entrada a la nicotina y esa puerta de entrada hace que luego las y los jóvenes se vayan al consumo dual, es decir, no dejan de consumir, sino que se vuelven consumidores tanto de cigarros electrónicos como de cigarros combustibles”.

Otro tema de enorme relevancia expuesto por los investigadores del INSP fue el de los efectos de la nicotina en la salud mental, pues existe evidencia de que el consumo de nicotina en adolescentes y jóvenes se asocia a comportamientos de riesgo tales como involucrarse en actos violentos, consumir alcohol de manera excesiva, consumo de drogas ilegales, así como de no usar condón en sus relaciones sexuales. Todos estos comportamientos de riesgo se encuentran concatenados y tienen un efecto nocivo para adolescentes y adultos jóvenes. También alertaron, para quienes  minimizan el efecto del uso de vapeadores,  la relación que se ha observado del uso de vapeadores con depresión, planeación y hasta  ideación suicida.

Desde el enfoque de la salud pública, la Dra. Edna Arillo fue enfática al señalar que todos somos copartícipes de este problema de tabaquismo en adolescentes, “el gobierno pone leyes y políticas públicas, los centros de investigación generan la evidencia sobre los daños y sobre lo que está pasando, y la sociedad civil tiene que asumir su responsabilidad en eso”, para lo cual recomendó estar atentos a la evidencia existente y a la que vaya surgiendo, porque entre más información se tenga es más fácil poder tomar decisiones informadas. “Todos tenemos –subrayó– la corresponsabilidad de hacer una sociedad mucho más sana”. 

El Mtro. Barrientos indicó que como primer punto se debe tener claro que consumir nicotina en cualquier forma hace daño y que el consumo de la nicotina no tiene ningún beneficio ni para quien lo consume ni para las personas a su alrededor, por el contrario, genera riesgos. Por tanto –indicó– “lo mejor que se puede hacer al respecto es no consumirla en ninguna de sus formas, ni a través del cigarro electrónico, ni a través del cigarro convencional”. El Mtro. Barrientos sugirió a las personas que para poder lograr dejar de fumar, en caso de que no puedan hacerlo por sí mismas, se acerquen a las instituciones de salud o las clínicas especializadas donde podrán recibir ayuda profesional.  También recomendó a los padres de familia estar al pendiente de sus hijas e hijos, conocer sus consumos y hablar con ellos respectos a los riesgos que este tipo de consumos genera y los pocos o nulos beneficios que se obtiene de ellos. 

Sobre la denominación de estos productos como cigarros electrónicos o vapeadores, Inti Barrientos confirmó que son sinónimos y que la diferencia radica en que antes se parecían más a los cigarros convencionales y ahora, como los diseños son distintos, su denominación se ha ido derivando hacia el de vapeador o vaporizador, “se trata –explicó– de una cuestión de mercadotecnia y de querer separarse del cigarro para simular que no son lo mismo e idealmente mostrar que son menos dañinos”. La evolución que han sufrido los cigarros electrónicos hacia artilugios más complejos, de mayor capacidad y potencia, generan una cantidad mucho mayor de aerosoles, lo que a su vez provoca también que haya un consumo mayor de nicotina, pues se consumen utilizando líquidos que pueden contener desde una cantidad relativamente baja de nicotina hasta una concentración muy alta. Los líquidos que son de nicotina base van de 0 hasta 12mg sobre mililitro y los que se utilizan en dispositivos más pequeños, que tienen sales de nicotina, pueden llegar a los 50 o 60 mg sobre mililitro. En comparativa, un cigarro combustible tiene de 10 a 12 mg. Esto significa que hay una cantidad muy alta de nicotina sobre mililitro en los vapeadores actuales. Sobre los PODs, señaló que son más pequeños y tienen una cantidad mucho menor de líquido porque utilizan cápsulas, pero que hay mucho más nicotina en ellos. Son más fáciles de esconder, de llevar, de usar, pero también son muy adictivos. Lo más nuevo, relató el investigador del CIEE-INSP son los vapeadores desechables que se pueden encontrar en cualquier máquina expendedora, estos son más pequeños, más delgados y con un cantidad muy alta de nicotina.

Ante el cuestionamiento de por qué no se prohíbe también la venta de cigarros convencionales, el Mtro. Barrientos explicó que se debe considerar que el tabaco  combustible se utiliza desde hace miles de años y que en los siglos XV, XVI y XVII tuvo un desarrollo comercial muy importante, generando un mercado global muy grande. También recordó que desde hace más de veinte años a nivel mundial se ha hecho mucho trabajo para disminuir el consumo de tabaco y nicotina, y en México “hemos tenido mucho éxito al respecto, logrando disminuir tasas muy altas a una tasa media de consumidores con alrededor de 15 millones de consumidores”. El Mtro. Barrientos explicó que prohibir de golpe el tabaco generaría un problema, pues sería imposible tratar al mismo tiempo a 15 millones de personas que tienen una adicción, por tanto se trabaja en bajar lo más posible esa tasa, a un nivel que sea manejable, abajo de 5 millones, para poder de esa manera empezar a tener acciones cada vez más enérgicas contra el producto. “Lo importante ahora es disminuir la cantidad de gente que consume nicotina”. 

La Dra. Arillo agregó que el problema con estos artilugios es que entre los adolescentes y la población en general existe una percepción de bajo riesgo, se cree que son menos dañinos y que no son adictivos, pues rompen los estereotipos tradicionales del tabaco anterior porque no tienen olor, los sabores son más agradables –pues son sabores de gusto infantil dirigidos a niños y adolescentes–, los colores de los dispositivos son más llamativos, creando esta baja percepción del daño. Por ello es importante que la sociedad sepa y que tome una decisión informada: “el derecho de la sociedad es consumir cualquier producto pero de manera informada, sabiendo cuál es el efecto de ese producto” –recalcó–. 

Por: Redacción ESPM