4to. Conversatorio “hacia los 100 años de la ESPM”: ¿Cómo debería evolucionar la educación para la salud global en la era post-Covid?

El jueves 24 de junio se llevó a cabo el 4to. Conversatorio “hacia los 100 años de la ESPM”: ¿Cómo debería evolucionar la educación para la salud global en la era post-Covid? Estuvo coordinado por el Dr. Jaime Sepúlveda Amor, Director ejecutivo del Instituto de Ciencias de la Salud Global de la Universidad de California, San Francisco, e investigador emérito del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP); y contó con la participación de la Dra. Nuria Casamitjana, Directora de entrenamiento y educación del Instituto de Salud Global de la Universidad de Barcelona; la Dra. Madhavi Dandu, Directora del programa de maestría en Salud Global de la Universidad de California, San Francisco; el Dr. Carlos del Río, Decano ejecutivo de la Universidad de Emory en Grady y Secretario de Relaciones Exteriores de la Academia de Medicina de los Estados Unidos; y el Dr. Harvey Fineberg, Presidente de la fundación Betty y Gordon Moore.

La pandemia de Covid-19 nos ha ofrecido una increíble oportunidad para reiniciar, re-encuadrar y crear un ambiente de aprendizaje y de servicio en los profesionales de salud pública y salud global. Así lo afirmó la Dra. Madhavi Dandu al dar inicio al cuarto conversatorio. También identificó entre los efectos a corto plazo que trajo consigo esta pandemia en los estudiantes que se forman en el campo de la salud global, el sentimiento de aislamiento que experimentan cuando interactúan desde sus hogares mediante las plataformas digitales con los nuevos ambientes de aprendizaje. Sobre los impactos a largo plazo, la Dra. Dandu refirió que la pandemia “empujó a los estudiantes a sentir que el trabajo que hacen es aún más relevante. En cada momento, cada cosa que aprenden deja de ser algo abstracto, es algo realmente relevante para ese exacto momento y lo que han visto los hace más apasionados y más dedicados a la idea de ponerse a trabajar de inmediato”.

Para la Dra. Dandu todo aquel que trabaja en la salud pública requiere 1) la habilidad de comunicarse efectivamente, 2) entender la historicidad y actualidad de las ramificaciones de los ambientes en los que se encuentra, y 3) saber emplear el marco de la “humildad cultural” mediante la apropiación de los conceptos de aprendizaje permanente, equidad, inclusión, antirracismo, anti-opresión y anticolonialismo. Asimismo debe asimilar que toda persona trae consigo historias de éxito, traumas históricos, de sobrevivencia y de resiliencia en las comunidades. Por ello, en la formación de los estudiantes de salud pública y salud global debemos preguntarnos cómo podemos trabajar en conjunto, en comunicación, en servicio de esas comunidades o de las personas con las que tenemos el honor de ser invitadas a trabajar.

Por su parte, la Dra. Nuria Casamitjana afirmó que la crisis de salud pública a causa de la Covid-19 nos ha enseñado que vivimos en un mundo cambiante y, por tanto, los currículums tienen que ser cambiantes y deben adaptarse continuamente al entorno, necesidades, demandas y problemas que debemos resolver pues, por ejemplo, los causados por la pandemia no se solucionan desde una sola perspectiva disciplinar, necesitan aproximaciones multi, inter y trans-disciplinarias para encontrar soluciones. Así, los programas en salud global tienen que reflejar esas perspectivas trans e interdisciplinares trabajando no sólo con los profesionales sino con los pacientes, con los ciudadanos, con la población en general. “Los currículums tienen que incorporar todos estos elementos además de las competencias transversales de comunicación y abogacía y ser sensibles a lo que creen y sienten los pacientes”.

Asimismo, la Dra. Casamitjana señaló que los salubristas tienen la responsabilidad de aportar la evidencia científica necesaria e informar a la sociedad, basados en esta evidencia, para la toma de decisiones informadas, así como también la responsabilidad de educar a los futuros profesionales de la salud global para que trabajen y vivan en un mundo cambiante, interdisciplinar, transdisciplinar, donde muchos elementos influyen en la toma de decisiones dentro del contexto de la salud global.

Para el Dr. Carlos del Río la crisis por Covid-19 ha brindado la oportunidad para que la salud pública y la salud global adquieran el prestigio y la importancia que requieren. La pandemia de covid-19 dio también la oportunidad para hablar de las enormes inequidades que existen, “hablar de inequidades, de racismo, de diferentes accesos en salud” de una manera más abierta. De igual manera ofreció una enorme oportunidad para adecuar la conversación sobre salud global “y cambiar lo que enseñamos hasta el momento, porque continúa siendo muy paternalista y muy colonialista”. A decir  del Decano ejecutivo de la Universidad de Emory, la capacidad de descolonizar la salud  global se presenta a partir de la pandemia, “tenemos que pensar cómo desmantelar esa estructura que ha dado origen a las inequidades que continúan hoy en día”.

En su opinión los salubristas deben aprender aspectos relacionados con abogacía “desde escribir editoriales hasta participar en discusiones en las plataformas sociales”, puesto que esta es la primer pandemia que surge en medios sociales y es allí uno de los principales campos de batalla donde la desinformación y la información veraz se han enfrentado. Por ello, dijo, “las redes sociales pueden representar una plataforma más útil que escribir artículos científicos”. Sin embargo, reconoció que uno de los mayores problemas que ha enfrentado el manejo de esta pandemia ha sido la politización de la misma. Por tanto, la pregunta es cómo se debe trabajar dentro de la politización de la salud pública a fin de que esta no sea un impedimento para resolver los problemas.

El doctor Del Río también señaló que existe una crisis de salud mental que se ha soslayado, no debemos perderla de vista, dijo, y “debemos incorporar empatía y compasión a la manera que enseñamos y practicamos salud global y salud pública”. También afirmó que la dicotomía entre enfermedades crónicas e infecciosas es falsa, claramente la pandemia mostró que la epidemia de la diabetes, la hipertensión y la obesidad fueron los principales factores que llevaron a una mortalidad y morbimortalidad excesiva y al impacto muy elevado de la Covid-19 en la salud de las personas. Tenemos por tanto una oportunidad para “integrar la salud y salir de esta manera de practicar la salud pública en silos. Tenemos que hablar de salud pública primaria”.

Para el Dr. Harvey Fineberg el impacto de la experiencia de la Covid-19 para la educación en salud pública se ha dado en dos niveles: 1) para la educación en general hubo una disrupción en términos de educación remota, nuevas tecnologías, nuevas oportunidades. Por ello en salud pública se abre la doble oportunidad de aprovechar la disrupción desde el punto de vista educacional y desde el punto de vista del contenido, sustancia e impacto. “Debemos –dijo– preguntarnos qué tomamos de la experiencia del Covid-19 que ayude a dar forma, definir y hacer más atractiva e importante la educación en salud global”. Una de las lecciones es la continuidad entre la educación y la práctica. Los pioneros de la educación en salud pública siempre trajeron la experiencia del campo hacia el interior de las aulas y sacaron el conocimiento de las aulas hacia el campo. Esta pandemia ilustra perfectamente el significado y la importancia de esta integración de aprender, prepararse y hacer, todo ello integrado en una experiencia profesional.

“Para los estudiantes y líderes de salud pública, las cuestiones éticas de alcanzar a cada ser humano y valorar cada vida en el planeta debe ser una intención constante, de interés nacional y con una responsabilidad de los líderes políticos con sus electores que son locales, nacionales y no globales; y tratar con esta tensión es una responsabilidad central para todos los que conformamos la comunidad de la salud global”.

El Dr. Juan Rivera Dommarco afirmó que los programas profesionalizantes que crean la fuerza de trabajo de la salud pública en México están diseñados por competencias, pero que “si tenemos un sistema de salud disfuncional que no ha podido alcanzar la cobertura universal –y menos aún con calidad–, si tenemos un sistema de salud donde la atención primaria prácticamente no existe y ahora está en manos del sector privado sin regulación, si tenemos sistemas de vigilancia que se quedaron en las capacidades que se crearon en el 2009 y no han avanzado nada más, por más que formemos una fuerza de salud pública competente, al momento de llegar a los servicios no se pude expresar esa competencia. Covid-19 nos mostró que México no estaba preparado para esta pandemia, debemos modificar muchas de nuestras competencias”.

Para que haya colonización –dijo el Dr. Rivera Dommarco– tiene que haber colonizados, los países del sur tenemos que descolonizar nuestra mente y mostrar que podemos ser instituciones que aporten a la salud global y establecer una colaboración sur-sur, pero también sur-norte en igualdad de circunstancias con nuestros colaboradores de los países del norte. 

En cuanto a las acciones que la ESPM puso en marcha para enfrentar la crisis de salud por covid-19, el Dr. Juan Rivera destacó el seminario organizado junto con otras instituciones acerca de cómo México enfrentó la pandemia; la elaboración del manual próximo a entregar a la Secretaría de Salud para hacer frente a otras pandemias; y la realización de una encuesta de seroprevalencia de alcance nacional para saber qué porcentaje de la población mexicana había desarrollado anticuerpos contra SARS-CoV-2.

Para cerrar el conversatorio, el Dr. Harvey Fineberg recordó que la Escuela de Salud Pública de México nació en el contexto de las secuelas de la gran Influenza que azotó a la humanidad hace poco más de un siglo, y que su centenario lo alcanza en el marco de la Pandemia de Covid-19, ambas crisis simbolizando, ejemplificando y enfatizando la importancia y centralidad que tiene la salud pública. Asimismo, señaló que ha sido fundamental el liderazgo demostrado por el campo de la salud pública para permitirnos hacer frente a los retos que impliquen ayudar de una manera más efectiva y eficiente a la sociedad, así como para hacer realidad la idea de la salud pública basada en que cada persona tenga la plena oportunidad de vivir una vida saludable y gratificante. 

Por: Redacción ESPM

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